Editorial de Elena Gijón

Segunda noche de disturbios en Barcelona protagonizados por grupos que consideran un derecho quedarse con la propiedad ajena. Grupos que generan la empatía de muchos de los que ahora tienen en sus manos el poder en distintas instituciones catalanas. Desde la alcaldesa que en su día fue grabada entrando como okupa en un piso público, hasta la CUP solidaria con los suyos, los antisistema o Convergencia cuyo alcalde pagó a los okupas durante meses el alquiler del local ahora desalojado. Quizá así podamos entender que a esta hora haya seis agentes heridos en los disturbios pero ni un sólo detenido.

Mariano Rajoy presenta las listas electorales del PP. Se apoya en el grueso de los que le acompañaron en las anteriores eleccciones y mantiene el mismo mensaje. El PP garantiza la estabilidad, el crecimiento y el empleo y su candidato la solvencia para llevarlo a cabo. Argumentario a piñón fijo haciendo oídos sordos no sólo a la oposición que trata de desabancarle. También el fuego amigo que desde dentro trata de poner en solfa sus logros económicos, o lo que es lo mismo, las críticas del expresidente Aznar.

El comisario económico Pierre Moscovici vuelve a advertir de que no tenemos margen para incumplimientos económicos. Nuestros candidatos no se permiten tanta franqueza estando en campaña pero son conscientes de que cuando hablan lo hacen para su público, pero también para Europa. Rajoy promete más reformas, Sánchez más impuestos para sostener las pensiones. Ciudadanos cree que hay que perseguir el fraude y Podemos... Podemos de momento calla porque no está en la batalla económica, está salivando pensando que el PSOE es una presa alcanzable.