Francisco Sierra

Ya les he comentado varias veces que los datos son el nuevo petróleo de la economía digital. Cada dato tiene su valor. Tener millones de datos y poder cruzarlos es oro puro. Conocer la identidad de cada usuario que entra en la web es fundamental e imprescindible. Los registros de usuario, los 'login', son ya normales en muchas webs. Es la forma de ver lo que hace cada persona y cada click es un dato.

Nada nos fastidia más que el que las cosas dejen de funcionar sin razón. Ese momento en que nuestros electrodomésticos, que apenas tienen unos pocos años, entran en muerte súbita. Lo peor es que además su reparación suele ser tan cara que merece más la pena comprar otro nuevo.

Quiero recordar a los supervivientes del Diluvio Universal. Creyeron que superada esa gran prueba que les había puesto Dios, podrían llegar al cielo si todos juntos construían una gran torre. Y empezaron a construirla en Babilonia, la ciudad que en hebreo bíblico era conocida por Babel. Una torre que llegaría hasta el cielo. Pero eso no le gustó a Dios que enfadado decidió confundir sus lenguas. Y al no poder entenderse entre sí, dejaron de colaborar y la construcción de la torre se paralizó. Cada uno hablaba una lengua distinta y esos idiomas se extendieron luego por todo el mundo.