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En Mataró en la procesión del silencio, salieron antiguos Legionarios, y ahora piden perdón, por los cantos franquistas. Tienen un lío de permisos que no se enteran y lo peor es el sentimentalismo. La otra indignación es la viagra que está hasta en la sopa. En la peluquería Olvido se encontró con una señora de 70 años que estaba hecha polvo porque su marido se tomaba viagra, y lo peor es que el hombre empezó a gritar en las puertas lo bien que había estado la noche pasada.

Olvido Macías nos trae sus denuncias como portavoz de la indignación. Su primer caso trata el tema de la marihuana, que muchos dicen cultivarla para consumo propio pero después la venden. En Rasquera, Tarragona, el alcalde quiere plantar 7 hectáreas de marihuana para autoconsumo. ¿Autoconsumo para 980 habitantes? Se vana morir drogados y si venden, es delito.