Un itinerario apasionante y transversal, porque implica a muchos países en el centro de América del Sur, en los que los Jesuitas dejaron un rico patrimonio de templos y de cultura durante el tiempo en que aquel territorio pertenecía a la corona española. Los Jesuitas fueron a evangelizar, como se decía entonces, las tierras en las que vivían comunidades originarias y levantaron sus misiones, intentando mejorar la vida colectiva, en un territorio extenso que ahora se reparte en varios países: Brasil, Uruguay, Paraguay Bolivia y Argentina, a los que se ha unido Chile. Pero en todos los casos las misiones jesuíticas están en territorios alejados de las metrópolis, en Argentina están en el extremo norte, en Brasil ocupan terrenos del suroeste del país, y quizá sea Bolivia quien guarde la colección más completa