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Santiago de Chile, la capital del país más largo del planeta, es una ciudad rodeada por la cordillera de Los Andes, una de las cadenas de montañas más extensas del mundo. Una capital llena de parques y de plazas, de arte, de historia y dónde la vida va por barrios. Santiago de Chile tiene el hándicap de ser la capital de uno de los países más bellos del mundo y con el medio ambiente más variado de todo el planeta, con el mágico desierto de Atacama, con el territorio Mapuche y con la Antártida chilena.

Donde antes no había nada, cocoteros y unas arañas como centollos, ha crecido un emporio turístico donde encontramos las marcas de hoteleros españoles, Barceló, Meliá, Iberostar o Riu. Allí están todos los grandes y las playas son magníficas desde luego. Pero es curioso que tenga tradición de ser un país abierto a los negocios y un país de acogida de gente procedente de los lugares más diversos.

El legado de España en América es indudable, una simbiosis entre dos mundos del que emergió uno nuevo, mestizo, que desembocó en la conformación de una historia, una raza, unas tradiciones, una manera de ver el mundo y una filosofía vital en todo el continente. Un nexo que conforma a día de hoy una de las grandes culturas del mundo occidental: la civilización Hispánica.