COVID-19: UN AÑO DE ALARMA
I aniversario del confinamiento por la pandemia
COVID-19: UN AÑO DE ALARMA
I aniversario del confinamiento por la pandemia
Madrid | 11.03.2021 12:45
La crisis sanitaria derivada del coronavirus desembocó hace un año en la declaración del Estado de Alarma en todo el territorio español con severas medidas de restricción para frenar el avance del Covid-19.
Las consecuencias de esas medidas que ayudaron a frenar las muertes y los contagios se han ido traduciendo en datos, que aquí recopilamos para entender mejor los efectos que ha dejado la pandemia en diferentes áreas: económica, social, sanitaria, cultural...
Sin duda, la peor cifra que deja esta pandemia, y que desgraciadamente se sigue ampliando cada día, es la de fallecidos y nuevos contagiados. El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad Covid-19, suma más de 2,5 millones de fallecidos en todo el mundo y supera la barrera de 115 millones de contagios.
Desde que comenzó la pandemia, el total de fallecidos en España supera los 70.000, de los que 29.782 murieron en residencias de ancianos. Esta cifra refleja cómo el coronavirus se ha cebado con el sector más vulnerable de nuestra sociedad provocando más muertes que en cualquier otro grupo de población.
Durante la primera ola de coronavirus en España, las residencias se convirtieron en el foco de preocupación ante el aumento de casos y las numerosas muertes diarias.
Hasta ahora, el número total de fallecidos en geriátricos de nuestro país durante los primeros cuatro meses de la pandemia era una incógnita. Según un informe del Imserso que recoge los datos aportados por las comunidades autónomas, el número total de ancianos fallecidos por coronavirus en residencias de nuestro país desde el inicio de la pandemia es de 29.782.
La mayor parte de los casi 30.000 fallecidos por Covid-19 en residencias se produjo entre el 14 de marzo y el 22 de junio de 2020, cuando murieron 19.835 personas, de las que 9.859 fallecieron con síntomas compatibles. A esta cifra hay que sumar otras 6.305 muertes confirmadas por covid-19 el mismo año hasta alcanzar los 26.140 fallecidos por Covid-19 en 2020.
Con respecto al número de fallecidos en los primeros meses de 2021, el informe indica que un total de 3.268 personas han muerto en residencias, la mayor parte en enero. A partir de la segunda semana de febrero las cifras de muertes por covid-19 en centros residenciales se reduce notablemente por los efectos de la vacunación.
La campaña de vacunación comenzó en España el 27 de diciembre de 2020, y desde entonces, se han inyectado más de cuatro millones de dosis en nuestro país y 275,84 millones en todo el mundo.
Los primeros en recibir la vacuna en España fueron los mayores que viven en residencias y el personal sanitario que trabaja en contacto con ellos, donde ya se ha vacunado al 80% de las personas mayores de 65 años. Por ello, las comunidades autónomas ya han comenzado con la vacunación en las personas con más de 80 años que no viven en residencias, uno de los grupos de edad más vulnerables.
Tras constatar la efectividad de la vacuna en las residencias de ancianos, ya que los contagios han caído un 95 %, algunas comunidades han comenzado a relajar las medidas restrictivas que había en estos centros y así romper, aunque con prudencia, con el aislamiento en el que viven los residentes desde hace un año y que puede afectar a su bienestar emocional.
Desde su inicio la pandemia ha golpeado con gran dureza al colectivo de los mayores, el más numeroso de los pensionistas, que según los informes elaborados por el Instituto de Salud Carlos III y la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica, demuestra que hasta diciembre de 2020 -cuando llegó la vacuna-, morían en España 12,7 de cada 100 mayores de 80 años infectados y en febrero de 2021 lo hacían 11,1.
La alta letalidad que ha sufrido este colectivo desde la primera ola provocó que en 2020 la Seguridad Social registrara un récord histórico de bajas de pensiones, en concreto 517.924, un 14,3% más que el año anterior.
Las bajas no se traducen en un menor gasto en pensiones, ya que en enero de 2021 se han superado por primera vez en la historia de un mes los 10.000 millones de euros, un 3,26 % más que hace un año.
Este aumento del gasto no se explica por el incremento de las altas de nuevos pensionistas, ya que en el acumulado anual de 2020 se dieron de alta 432.766 nuevas pensiones, es decir, un 9,2 % menos que en el 2019, sino por el aumento de las nóminas que el Estado paga a los pensionistas.
La revalorización de las pensiones de un 0.9 % para 2021, según lo previsto en los Presupuestos Generales del Estado explicaría una parte de este aumento del gasto junto con el aumento de la pensión media un 3,16 % respecto a enero de 2019. La pensión media en enero se situó en 1.028,19 euros, 31,46 euros más que en el mismo mes de 2019.
La economía mundial se ha visto resentida por la crisis sanitaria que ha provocado el coronavirus, que a su vez ha derivado en la paralización de algunos sectores económicos como el comercio, la hostelería o el turismo. Esta paralización ha provocado la caída de algunos indicadores económicos, como la deuda pública, que terminó en nuestro país en 2020 con un cierre récord: 1.311.298 millones de euros, un 117,1 % del PIB y el cierre de ejercicio más elevado de la serie histórica.
Otro de los indicadores económicos afectados por la pandemia del covid-19 es el PIB, que registró una caída histórica del 11% en 2020 pese a que en el cuatro trimestre del año consiguió mantener cifras positivas, con un crecimiento trimestral del 0,4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
El mayor descenso anual del PIB se había registrado en 2009, en plena crisis financiera, con un retroceso del 3,8%, pero con la crisis del covid-19 se han batido todos los récords y 2020 ha sido el peor año desde el inicio de la serie, en 1970.
El PIB también experimentó en 2020 la primera contracción anual desde el año 2013 y la caída del 11% es dos décimas menores que la que había previsto el Gobierno, que la situó en 11,2 %.
Según los datos, dentro de la demanda nacional, el consumo es el que ha sostenido la economía, con un avance del 2,5 % del consumo de los hogares y del 4 % para el gasto en consumo de las Administraciones públicas.
Por el contrario, la inversión se desplomó un 6,2 %, con descensos trimestrales del 6,3 % para la inversión en vivienda y construcción, y del 1,5 % para la inversión empresarial.
La pandemia de coronavirus hundió un 17,7 % la compraventa de viviendas en España durante 2020 y, pese a registrar su mayor descenso en nueve años, esta caída es inferior a la que se registraba en 2008 o 2009 coincidiendo con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
Hasta un 46 % cayeron en 2020 los desahucios, sobre todo los correspondientes a impagos vinculados con el alquiler, que bajaron un 42 %. En total, se produjeron el año pasado en España 29.406 desahucios, una cifra que marca un mínimo de la serie histórica, que data de 2013.
La caída en los desahucios relacionados con el impago del alquiler está motivada por el parón de la actividad judicial en los meses duros del confinamiento, pero sobre todo por la decisión del Gobierno de suspender los desahucios vinculados al impago del alquiler de familias vulnerables sin alternativa habitacional durante el estado de alarma.
Este importante descenso en los desahucios contrasta con la evolución al alza en el número de embargos de una propiedad para su venta tras el impago de un crédito, que ha repuntado por primera vez desde 2012, un 17,5 % hasta los 20.460.
Las exportaciones españolas de bienes cayeron un 10 % en 2020, hasta 261.175,5 millones de euros, que supera la caída media de la Unión Europea. El presidente del club de Exportadores, Antonio Bonet, explicaba a Onda Cero que la exportación es el reflejo de la competitividad y España está perdiendo la competitividad internacional y eso se manifiesta en que las exportaciones están creciendo menos.
Desde el Club de Exportadores reclaman que se dé más importancia a la internacionalización de la empresa cuando estiman que será difícil que el turismo recupere los niveles anteriores a la covid- 19.
Pese a que la economía española fue la que más cayó en 2020 en la eurozona debido a la crisis sanitaria por el Covid-19, el Banco de España augura una menor caída del PIB en 2021, entre un 10,7% y un 11,6% y un mayor crecimiento tanto en 2021, entre el 4,2% y el 8,6%, como en 2022, cuando se registrará un crecimiento de entre el 3,9% y el 4,8%.
Por su parte, la Comisión Europea ha previsto que la economía española será la que más crezca de la Eurozona en 2021 con un fuerte repunte del 5,6 %, inferior al 7,2 % pronosticado por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Para 2022 Bruselas prevé que la economía española se mantendrá entre las mejores, con un crecimiento del 5,3 %.
En cuanto a las previsiones de la Comisión Europea para la Eurozona, sitúa la cifra en un 6,8 % el hundimiento del PIB de los países del euro y en un 6,3% en el conjunto de la UE. Los expertos creen que a medida que se eliminen las restricciones y la vacunación vaya avanzando el crecimiento de la economía en la Eurozona regresará.
Con respecto al crecimiento de la Eurozona para 2021, la Comisión Europea señala que ese crecimiento será de un 3,8 % tanto en 2021 como en 2022 y el PIB del conjunto de la Unión Europea repuntará un 3,7 % en 2021 y un 3.9 % en 2022.
Uno de los peores datos que deja la pandemia, aparte de las muertes, son las cifras del paro, que sigue aumentando mes tras mes desde el estado de alarma del año pasado.
En 2020 el paro subió en España en 724.532 personas, su mayor repunte anual desde 2009, en plena crisis financiera, y al cierre de febrero de 2021, el desempleo aumentó en 44.436, superando la cifra de cuatro millones de parados.
El volumen total de parados alcanzó al finalizar el año pasado la cifra de 3.888.137 desempleados, la más alta desde mayo de 2016. Esta cifra ya ha sido superada por los estragos de la tercera ola, superando la cota de los cuatro millones de desempleados, en concreto, 4.008.789.
El desempleo durante 2020 afectó en valores absolutos más a las mujeres que a los hombres y el paro entre los jóvenes se disparó un 47 %.
Hay que recordar que los datos de paro no incluyen a los trabajadores que se encuentran en suspensión de empleo o reducción horaria como consecuencia de un ERTE (Expediente de regulación temporal de empleo).
Según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, la cifra de trabajadores en suspensión de empleo alcanza al cierre de febrero de 2021 los 909.661.
La pandemia destruyó en 2020 un total de 622.600 puestos de trabajo y elevó la tasa de paro hasta el 16,6 %, que sube más de dos puntos en un año. Pese a las medidas puestas en marcha para contener la destrucción de empleo, como los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), el año pasado 527.900 personas se sumaron al paro, marcando el mayor incremento desde 2012, mientras que otras 94.700 personas se fueron a la inactividad, según la Encuesta de Población Activa (EPA).
El impacto de la pandemia de la covid-19 en el mercado laboral rompió en 2020 con la creación de empleo de los seis últimos años, destruyendo 622.600 puestos de trabajo, y elevó, tras siete años de descensos, la tasa de paro hasta el 16,1 %.
La tasa de paro se situó al finalizar 2020 en el 16,13%, dos puntos más que en 2019, cuando fue de un 13,78%. El número total de desempleados cerró el ejercicio en 3,71 millones personas y el de ocupados, en 19,34 millones.
Sin duda, la hostelería es uno de los sectores que más ha sufrido por la pandemia y las restricciones ya que ha perdido el 43 % de sus ingresos y más de 300.000 puestos de trabajo sin ayudas.
Estos datos reflejan un panorama desolador que lejos de mejorar, está empeorando con la tercera ola. Según los datos de la consultora Nielsen IQ, las ventas del sector de la hostelería se desplomaron en 2020 un 44% en volumen y un 43% valor.
La caída de los ingresos en bares y cafeterías se eleva hasta el 47,4%, los hoteles y restaurantes experimentan una caída del 58,7% y en el consumo nocturno hasta el 80,4%.
Por otro lado, la cifra de insolvencia del sector de la hostelería se disparó el año pasado un 35,6 % y se presentaron 438 concursos de acreedores. Aunque 2020 es el tercer año consecutivo en el que suben los concursos en la hostelería, el repunte de 2020 ha sido el mayor de ese periodo.
Otro de los efectos que ha tenido el estado de alarma ha sido el descenso en el número de delitos durante 2020.
El Ministerio del Interior hacía público en febrero el Balance de Criminalidad que reflejaba que los delitos descendieron el año pasado un 19,4 % respecto a 2019. Esta cifra, según Interior, está directamente relacionada con la entrada en vigor el 14 de marzo del estado de alarma, así como con el resto de restricciones adoptadas por las distintas administraciones para hacer frente a la pandemia.
Los delitos que más descendieron fueron los hurtos, con casi una reducción del 40 %, los robos con violencia o intimidación (-31 %) y los robos en domicilios (-28,3 %), en un año en el que se contabilizaron 299 homicidios y asesinatos consumados frente a los 331 de 2019, lo que supone una reducción del 9,7 %.
Por el contrario, aunque el número total de homicidios fue menor que el año anterior, los intentos de homicidio y asesinato y el tráfico de drogas, aumentaron durante 2020 en un 8,7 % y 2,2 %, respectivamente.
Otra de las consecuencias que el confinamiento estricto ha tenido en nuestra sociedad ha sido el aumento de la violencia machista, una lacra que no cesa y que las medidas restrictivas del covid-19 ha intensificado.
El riesgo de las mujeres de sufrir violencia de género se ha acrecentado ya que durante el confinamiento en 2020 la violencia machista aumentó en sus formas de control y psicológica, aunque se redujeron el número de muertes. Las mujeres se vieron obligadas a vivir con sus agresores y no podían marcharse, que es cuando la vida de las víctimas corre más peligro.
Según explica la Fiscal de Sala Delegada contra la Violencia sobre la Mujer, Pilar Martín, durante los meses de confinamiento no es que la violencia bajara, sino que se manifestó de otra manera, ya que durante los meses de marzo a junio de 2020 muchas mujeres tuvieron que convivir las 24 horas del día con su agresor, un periodo en el que la violencia de género fue "más sibilina" y psicológica".
El confinamiento domiciliario por la pandemia ha hecho que España registre en 2020 la cifra anual más baja de asesinatos machistas desde que comenzaron a elaborarse las estadísticas en 2003, con un total de 45 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. A estos datos hay que sumar una víctima mortal en enero de 2021 y dos en febrero.
Con respecto a cómo afectó el confinamiento a las denuncias por violencia machista, entre abril y junio de 2020, se contabilizaron 34.576 denuncias, un 14,62% menos con respecto al mismo periodo de 2019. Ya en el segundo trimestre de 2020 la cifra de denuncias ascendió a 42.854.
No solo el paro derivado por el Covid-19 ha afectado más a las mujeres, también su fuerte presencia en el ámbito sanitario ha tenido como consecuencia que el 76,5% de los casos de covid-19 en personal sanitario sean mujeres.
Según el Informe sobre la situación de Covid-19 en España' del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) que analiza los casos notificados a la red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) hasta el 29 de mayo de 2020, el 76,5% de los casos de Covid-19 en personal sanitario son mujeres y la media de edad de los casos es de 46 años, siendo mayor en hombres que en mujeres (47 vs 46 años).
Desde el inicio de la alerta por coronavirus se han notificado 40.961 casos de coronavirus en personal sanitario con diagnóstico previo al 11 de mayo de 2020, lo que supone un 24,1% del total de casos declarados a la RENAVE hasta esa fecha.
Después de un largo periodo de convivencia o un periodo vacacional como el verano, la Navidad o Semana Santa, suelen aumentar las consultas de divorcios, pero en 2020 la crisis económica sobrevenida por la pandemia de coronavirus ha hecho que esas consultas no se traduzcan en un aumento de separaciones y divorcios tal y como se esperaba.
Según el III Observatorio del Derecho de Familia presentado en diciembre de 2020 por la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA) el 73 % de los juristas encuestados percibió una cifra igual o inferior de separaciones y divorcios al de un periodo vacacional.
La causa de que muchas de las rupturas matrimoniales no se hayan formalizado se debe, según la presidenta de la Asociación Española de Abogados de Familia, María Dolores Lozano, a la crisis económica derivada del covid-19. "Las personas que se encuentran en paro, ERTE o han perdido su negocio no pueden sostener dos unidades familiares a la vez".
Aun así, en el tercer trimestre de 2020 se experimentó un incremento de separaciones y divorcios de un 16 % más respecto al mismo periodo de 2019. Ese aumento se produjo después del impacto del confinamiento y a la reapertura de los juzgados después de casi tres meses de parálisis.
De hecho, durante el segundo trimestre de 2020, los meses del confinamiento estricto en España, las demandas de separación y divorcio disminuyeron un 42.1 %.
A todos los efectos que el Covid-19 está teniendo en la sociedad, también hay que sumar el impacto en la salud mental de los españoles, que está pasando factura y está dejando datos muy preocupantes.
Según el primer barómetro del CIS que observa cómo afectó el confinamiento, cómo se ha vivido y en qué situación se encuentra la salud mental de los españoles, un 41,9% ha tenido problemas de sueño, mientras que un 51,9% confiesa sentirse cansado o con pocas energías.
Además, un 38,7% de los españoles sufre dolores de cabeza debido a la situación emocional provocada por la pandemia, aunque también apunta a otros problemas como taquicardias, mareos o desmayos.
Por otro lado, un 71 % de la población ha sentido miedo a contagiarse de la covid-19, un 39 % a morir debido al coronavirus y hasta el 88% ha tenido en el último año que se contagie algún familiar o algún ser querido.
Toda esta situación, miedos y preocupaciones han tenido un impacto emocional tanto en la población general, como en los pacientes afectados o los propios profesionales sanitarios, que ha hecho que aumente entre un 10 y 15 % en la venta de ansiolíticos y antidepresivos.
Las numerosas restricciones al comercio impuestas desde que comenzó el estado de alarma el 14 de marzo de 2020 también han afectado al consumo. El confinamiento ha modificado el comportamiento del comprador, que ahora busca empatía en las marcas, es más emocional y compra más por Internet.
Factores como la salud, la seguridad, la cercanía, la rápida disponibilidad del producto y el precio priorizan ahora en los hábitos de consumo de los consumidores. Por ello, la tienda online se ha impuesto en el canal de compra y el sector de la alimentación encabeza las compras online, seguido de la moda, el ocio, o complementos de deporte.
El consumo ha cambiado y el gasto de los españoles, sobre todo en vacaciones, Navidad y periodo de rebajas, ha caído desde que comenzó la pandemia. Por ejemplo, el gasto medio de los españoles en las rebajas de este invierno fue un 30% menor que en 2020, hasta alcanzar los 227 euros, según datos del Observatorio Cetelem Estacional.
El observatorio confirma el auge de las compras por Internet, ya que siete de cada diez consumidores que han comprado en rebajas han modificado su comportamiento, realizando más compras online que en la tienda física.
Las vacaciones de verano de 2020 fueron claves para intentar salvar el turismo del fuerte golpe sufrido por el cierre de fronteras y la imposibilidad de viajar a causa del covid-19 pero los datos en este sentido reflejan una fuerte caída del gasto medio de los españoles.
El gasto medio de los españoles en las vacaciones de verano de 2020 se situó en 643 euros frente a los 1.160 euros de 2019, lo que supone una caída del 45%, según el Observatorio Cetelem Estacional.
El covid-19 ha cambiado nuestros hábitos de consumo y también ha hecho que gastemos más en mascarillas, geles hidroalcohólicos o guantes protectores. El gasto sanitario de las familias españolas, principalmente por las mascarillas, se ha disparado un 66% con respecto a 2019.
Según un estudio de la consultora AIS Group, el gasto sanitario medio de las familias españolas ha sido de 1.740 euros, frente a los 1.050 euros registrados en 2019. Una diferencia de casi 700 euros más. La consultora establece que también superaran la cifra estimada de 690 euros de gastos extras las familias que utilicen normalmente las mascarillas FPP2, cuyo precio de puede duplicar el de las mascarillas higiénicas y quirúrgicas.
El precio de las mascarillas ha ido evolucionando desde el inicio de la pandemia. La histeria que desencadenó la aparición del coronavirus se tradujo en los primeros meses de 2020 en un aumento desorbitado del precio de las mascarillas y en un desabastecimiento del producto ya que la desorbitada demanda no se pudo cubrir con los proveedores habituales de este material, que la mayoría eran chinos.
Antes de la pandemia, Diseños NT era la única empresa que fabrica mascarillas quirúrgicas en España, pero ahora, son varias las empresas que han decidido cambiar su línea de negocio y se han reconvertido para fabricar mascarillas en vista que el uso de mascarillas será obligatorio a largo plazo, aunque ya haya vacuna.
Por ejemplo, hace un año, una mascarilla del modelo FFP2 costaba alrededor de 9,95 euros, cuando ahora se puede adquirir la unidad por un euro y se pueden encontrar no solo en farmacias, sino también en algunos supermercados.
Lo mismo sucedía con las mascarillas quirúrgicas, que en plena primera ola de la pandemia era prácticamente imposible adquirirlas y si se conseguía, solo se vendía una por persona. Hasta que el Gobierno no fijó un precio máximo, el coste de una mascarilla quirúrgica rondaba el 1,50 y los 2,85 euros; ahora se puede adquirir la unidad por 62 céntimos.
Otro de los sectores que más ha sufrido las consecuencias del parón obligado de la actividad en marzo de 2020 y después las limitaciones en aforos, distanciamiento social y desplazamientos ha sido el cultural.
Desde marzo del año pasado ya nada ha vuelto a ser como antes en museos, teatros, cines o conciertos. Las restricciones han hecho que la gente deje de ir a las salas de cine, que se suspendan obras y que no se celebren conciertos, algo que ha provocado millones de pérdidas en un sector que da trabajo a más de 700.000 personas en España.
El sector trata de recuperarse e intenta adaptarse a la nueva situación para que se puedan seguir celebrando eventos culturales, pero, aun así, la pandemia ha hecho estragos en este sector y ha frenado, por ejemplo, el crecimiento del sector cinematográfico en España dejando unas pérdidas en taquilla de 446 millones en comparación con 2019. Este dato supone un descenso del 72 % según datos de ComScore.
Como consecuencia de la caída en taquilla, más del 70 % de los cines en España están cerrados temporalmente, como la cadena de Cines Yelmo, que ha sido una de las últimas en anunciar el cese temporal de su actividad "por circunstancias excepcionales y por causas de fuerza mayor" derivadas de la situación actual de la covid-19 de la mayoría de sus salas en España.
Por otro lado, el sector editorial ha evitado la catástrofe y solo ha perdido un 4 % de las ventas en 2020. El confinamiento hizo que mucha gente retomara el hábito de lectura, lo que se tradujo en un mayor número de ventas del que se esperaba y que la venta online y la apertura de las librerías en la segunda ola ayudaron a mantener.
Eso sí, la pandemia ha reducido el número de novedades editoriales en 2020 en torno al 20 % según los editores y se prevé que el número de lanzamientos en 2021 sea similar al de 2020.
Al mismo tiempo que se recupera el hábito de lectura y se compran más libros por Internet, las consultas en línea a la última edición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española (RAE) superaron los dos millones en un año, un 45 % más en relación al mismo período del año anterior y en el que las palabras más buscadas fueron confinamiento, cínico, pandemia, ciencia, cuarentena, ético o bizarro.
La crisis sanitaria dejó un escenario muy difícil al Turismo, que a pesar de intentar recuperar en los meses de verano de 2020 algo de los beneficios perdidos durante el segundo trimestre del año, no consiguió cerrar 2020 con datos esperanzadores.
Por ejemplo, los hoteles españoles perdieron en 2020 más de 74 millones de viajeros, (pese a la bajada de precios del 6% para incentivar la demanda hundida) desde los 108 millones de 2019 hasta poco más de 34,3 millones el año pasado.
Las pernoctaciones hoteleras bajaron un 73.3 % en el conjunto del año y en total, la caída del número de viajero se situó en un 68.4 %, según las cifras de la Encuesta de Coyuntura Hotelera publicadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE)
España ha perdido muchos turistas extranjeros desde que se inició el estado de alarma, pero el cierre de fronteras, a mediados de marzo de 2020, llevó a perder más de siete millones de turistas extranjeros, con un gasto cercano a los 1.000 euros por persona, con lo que se dejaron de ingresar, al menos, 7.000 millones de euros.
Uno de los pocos datos positivos que deja la pandemia y del confinamiento es que, por primera vez en 60 años, se han producido menos de 1.000 muertos por accidentes de tráfico en un año.
La cifra de fallecidos en carreteras en 2020 asciende a 870, un 21 % menos respecto a 2019. Sigue siendo una cifra muy alta e "inaceptable" para la sociedad, según reconoció el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando presentó el balance de siniestralidad vial del año pasado.
En 2020 se registraron en las carreteras interurbanas 797 accidentes mortales, 21% menos que en 2019 y un descenso del 25% en los desplazamientos de largo recorrido, con 321 millones.
El confinamiento y las restricciones también han afectado a la matriculación de vehículos, que cerró el 2020 con una fuerte caída del 32,2 % respecto al año anterior, hasta 851.211 unidades, situándose por debajo del millón, algo que no sucedía desde 2014.
Además, los concesionarios perdieron 8.000 empleos el año pasado por culpa del coronavirus y recortaron un 19% sus ingresos.
Los datos de febrero de 2021 consolidan la caída de las matriculaciones, que en el segundo mes caen un 38,4% en turismos y todoterrenos y en vehículos comerciales ligeros decrecen un 17,6% respecto a febrero de 2020, hasta las 12.960 unidades.
COVID-19: UN AÑO DE ALARMA
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