La revista AMF de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria asegura que en este punto de la epidemia, ya se deberían dejar de contar todos los casos, de hacer aislamientos y cuarentenas, de llevar mascarillas. Y que el sistema sanitario se pueda centrar en atender a los enfermos con más problemas, sean por la covid o por otras patologías.
El editorial Hacia el fin de la excepcionalidad ya se encuentra en numerosas consultas de los centros de atención primaria y son muchos los médicos que se sienten identificados con lo que expresa, mientras que otros lo leen con más prevenciones.
Sistema de control individual de los contagios basado en el testeo de los casos sospechosos
La mayoría de países, entre ellos España, han implantado un sistema de control individual de los contagios basado en el testeo de los casos sospechosos y su aislamiento domiciliario en caso de resultar positivos, junto con el rastreo y cuarentena domiciliaria de sus contactos. Este sistema consume mucho tiempo y recursos y, como se ha vuelto a demostrar en la sexta ola, cuando aumenta de forma importante el número de casos deja de ser viable y colapsa rápidamente.
En España, el sistema pivota sobre la Atención Primaria. La detección de casos, el estudio de los contactos más cercanos, la prescripción de las bajas correspondientes y la atención a los enfermos de COVID-19, añadida a la atención habitual, han supuesto una carga en muchas ocasiones insoportable para los centros de salud.
Según dice el texto el objetivo debe ser tratar la COVID como hacemos con la gripe: diagnóstico clínico y recomendaciones generales sobre autocuidado y prevención de contagios a personas vulnerables, reservando la atención sanitaria para las personas que lo necesiten por su sintomatología o vulnerabilidad. Solo así se podrá atender debidamente a quien de verdad lo necesite, por COVID o por cualquier otra dolencia.
Colapso que ha producido en la Atención Primaria y en Salud Pública
El Consejo Interterritorial ha propuesto diversas medidas como:
- Establecer criterios de priorización para el testeo en función de la sintomatología o la vulnerabilidad.
- La limitación del rastreo a ámbitos vulnerables.
- El acortamiento de los aislamientos.
- La eliminación de las cuarentenas en las personas vacunadas.
El texto dice que estas medidas deben consolidarse y mantenerse más allá de la actual situación de colapso, además de establecer un calendario realista para el cese progresivo del sistema de control de contagios. Es necesario un mensaje contundente y coordinado desde todas las instituciones para revertir la necesidad que hemos creado de realizar diagnóstico etiológico de las infecciones respiratorias leves, ya sea en los centros de salud o con test de autodiagnóstico; el diagnóstico etiológico debe reservarse solo para los sistemas centinela de vigilancia epidemiológica.
La incapacidad temporal merece una mención especial: dicen que es el momento de apostar definitivamente por las bajas autodeclaradas para la patología aguda leve, como ya se hace en otros estados, asegurando la equidad de acceso.
Aseguran que ni el sistema de salud ni la sociedad en su conjunto pueden permitirse continuar testando a personas asintomáticas o con síntomas leves y aislando a todos los positivos, con las consecuencias que ello conlleva a nivel social y económico por las bajas laborales masivas de personas sanas.