Esta noche, pase lo que pase ante Serbia, España viajará a Madrid como primera de su grupo. Sólo queda por determinar el rival en el primer cruce eliminatorio. Antes de encarar los equipos la última jornada de la primera fase, Senegal es cuarta del grupo B (el que tiene la desgracia de anteponerse en el caminar español) y, por tanto, la primera piedra en el camino. Croacia y Puerto Rico también pudieran ser nuestro adversario.
Me gustó cómo afrontó España el envite ante los galos y, sobre todo, cómo supieron los jugadores mantener la tranquilidad ante la perenne lucha de los jugadores dirigidos por Vincent Collet. Es un equipo, Francia, que nunca da su brazo a torcer y prefiere que le rompan en mil pedazos antes de tirar la toalla pidiendo auxilio cual púgil en la lona.
En los dos primeros cuartos, y parte del tercero, mantuvieron a raya a la selección española pese a que ésta estaba realizando un buen juego. Las diferencias eran escasas y múltiples los golpes en los riñones. En definitiva, un choque que se podría haber complicado si el jugador no mantiene la concentración.
Los jugadores han ganado en madurez y por ello nunca olvidaron cuál era el objetivo. Ganar. Esa lucidez conlleva mayor diálogo entre ellos, conversaciones permanentes con los aspectos del juego como telón de fondo. Pau con Navarro, explicativo el gesto que le hizo Gasol golpeando la palma de su mano izquierda con el puño solicitando de “Juanqui” un pase interior con el que empezar la jugada, Marc con Ricky o Llull con Ibaka, por poner unos ejemplos.
Cada conversación iba seguida de la ejecución de esas palabras, Navarro incidiendo en el pase a Pau para lograr ventajas o Ricky apoyándose en Marc para desequilibrar la defensa gala. Crecimiento. Lo único que hay en juego esta noche ante Serbia, y no es poca cosa, es esa mejora en el rendimiento colectivo y la posibilidad de que jugadores como Felipe Reyes, Álex Abrines o Sergio Rodríguez adquieran mayor protagonismo.
Quizás el último relato de El Sexto Hombre te puso los dientes largos. Granada y sus rincones son así. El de ayer era una muestra de la calidad de nuestros helados (relacionados con el deporte) y quisiera hoy hablarte de un rincón en el que nos tratan como si estuviéramos en casa. Tienen la virtud de haber conseguido el premio a la mejor tapa de Granada 2014 y la alegría y hospitalidad propias de esta tierra. Hasta el 31 de diciembre, quien quiera puede disfrutar de un manjar denominado La Alpujarra según Mandala. Anoche, al finalizar nuestras labores en Onda Cero, hicimos el “esfuerzo” y me temo que esta noche repetiremos.
El EQUIPO de Onda Cero es como la selección española: si algo le gusta, insiste. Nos encantó, y mucho, la tapa de Mandala tanto como saborean los jugadores juntarse cada verano en la selección. Y que nadie piense que con ellos sucede lo mismo que con el premio a la mejor tapa: el 2014 no será la última vez que se reúnan. En Río de Janeiro, dentro de dos años, estarán. Si la salud se lo permite. Hasta entonces seguiremos disfrutando con ellos. Y con las tapas granadinas y rincones como Mandala.
