Fiona Pinar, de 21 años, nacida en Vic, Barcelona, ha demostrado que la vida siempre puede ofrecer nuevas oportunidades, incluso después de los golpes más duros. El 29 de enero de 2022, su vida cambió cuando, en un accidente de esquí en La Molina (Girona), sufrió una grave fractura de tibia y peroné que derivó en la amputación de parte de su pierna derecha. Sin embargo, lo que podría haber supuesto el fin de sus sueños, se convirtió en el impulso para alcanzar una nueva meta: los Juegos Paralímpicos.
"Ya en la UCI lo dije. Estaba en la UCI y dije que yo iría a unos Juegos Paralímpicos. A mí lo que se me pone en la cabeza lo acabo haciendo, ya sea más tarde o más temprano", recuerda Fiona con una determinación que ha marcado su vida. Aunque pensaba que sus primeros Juegos serían en Los Ángeles 2028, su evolución ha sido tan rápida que se ha clasificado para París 2024 en un tiempo récord. "Lo he logrado más temprano de lo que pensaba", dice con humildad tras correr su primera final paralímpica.
Tras solo ocho meses de entrenamiento con su prótesis especial, Fiona se presentó a competir en las pruebas de 100 y 200 metros en la categoría T64, donde participan atletas amputados que conservan la rodilla. En marzo de 2024, en su primera carrera, rompió el récord de España en los 100 metros, lo que la llevó a integrarse en el programa de jóvenes promesas paralímpicas y a competir por España en los Juegos de París. "La verdad es que me deja muy buenas sensaciones. He aprendido mucho. Después de siete meses me he plantado en una final de los Juegos Paralímpicos, que creo que es el premio que necesitaba", cuenta emocionada. "Al fin y al cabo, el objetivo que tenía era plantarme en una final y todo lo que viniera después sería un regalo para mí".
El camino no ha sido fácil, pero Fiona nunca dejó de luchar. Después de su accidente, reunió 8.000 euros para adquirir una prótesis deportiva que le permitiera correr. Esto se convirtió en su gran aliada, ya que la prótesis básica cubierta por la Seguridad Social no le permitía practicar deporte de alto rendimiento. "Creo que es el resultado del sacrificio, esfuerzo y dedicación lo que me ha hecho llegar hasta aquí. Siento que he nacido para esto", afirma Fiona, quien encuentra en el entrenamiento y la competición su mayor satisfacción.
Fiona confiesa que, en la pista, prefiere concentrarse en su círculo más íntimo. "Cuando me meto en la pista, solo pretendo pensar que está mi familia mirándome, que no hay nadie más. Porque mucha gente se motiva con el hecho de que haya tanta gente viéndolos, pero en mi caso no es así", explica. Esa concentración, unida a su disciplina, ha sido clave en su éxito en París.
Competir en los Juegos Paralímpicos no solo ha sido un logro personal, sino también una experiencia enriquecedora a nivel humano. Fiona destaca el ambiente en la villa y en la pista, y lo valioso que es conocer a personas de diferentes culturas y países. "No puedo decir nada malo, estar aquí ya es un premio y me encanta", asegura.
Mientras disfruta de su debut en París, Fiona ya piensa en su próximo gran desafío: Los Ángeles 2028. "Ya no me voy a conformar con menos de un oro en los Juegos de Los Ángeles", declara con firmeza. A pesar de haber llegado tan lejos, Fiona admite que todavía tiene mucho que aprender: "Técnicamente cometo muchos errores, pero a pesar de todo he llegado donde estoy. No me voy a ir de Los Ángeles sin el oro".
Fiona Pinar es un ejemplo de superación, perseverancia y enfoque. Lo que comenzó como una tragedia se transformó en una oportunidad única para cumplir sus sueños más ambiciosos. Como ella misma recalca: "La gente ve una prueba y piensa que son 20 segundos, pero hay mucho esfuerzo y dedicación detrás". En su caso, esa dedicación la ha llevado a ser una atleta paralímpica de clase mundial y una inspiración para todos. Sin duda, este es solo el comienzo de, esperemos, una carrera llena de triunfos por venir.