Nada más sacar de banda, Rodrigo Riquelme centró al punto de penalti y Callum McGregor desvió de cabeza; pero el despeje del capitán del Celtic, quizá blando, cayó a los pies de Antoine Griezmann y éste ejecutó un zurdazo raso que se coló en la portería rival, muy cerca del poste.
Poco pudo hacer un Hart que ya veía su meta perforada a los seis minutos, lo que dio holgura al Atlético para manejar el partido. Antes de llegar al cuarto de hora, Riquelme hizo un contragolpe en eslalon, con aires 'maradonianos' y que culminó en un tiro sin premio desde la corona del área, pues el balón se topó con la pierna de McGregor.
Fue el preludio de otra jugada clave: la expulsión de Daizen Maeda en el 23' debido a una dura entrada con los tacos a Mario Hermoso. Aunque el árbitro eslovaco Ivan Kruzliak en primera instancia le había mostrado tarjeta amarilla, corrigió su decisión tras consultar al VAR. Su roja directa dejó cabizbajo al equipo entrenado por Brendan Rodgers.
Intentaron los colchoneros aprovecharse de ello justo a continuación, merced a otra diablura de Riquelme para pasar con una pseudovaselina y de espaldas a Griezmann; pero dentro del área, escorado, el '7' del Atlético tiró desviado con la zurda. Casi sin ideas arriba, el Celtic solo replicó durante la primera mitad gracias al balón parado.
A punto de cumplirse la media hora, el conjunto de Glasgow rozó el gol en un córner donde Álvaro Morata fue su aliado involuntario. El balón botó en el área pequeña y el delantero local realizó un mal despeje que puso en aprietos a su compañero Jan Oblak, rápido de reflejos.
Más allá de ese lance, el guardameta esloveno había sido testigo de lujo de cómo el Atlético dominaba y dominaba; eso sí, sin materializar el 2-0. Lo intentó Nahuel Molina con una volea fuerte desde su carril derecho, tras centro de Griezmann, que se marchó cruzada. Y tampoco acertó Ángel Correa en el min.32, con un cabezazo alto en otro córner.
Morata, en busca de redimir ese mal despeje anterior, merodeó el gol en el 40'; sin embargo, a pesar de batir a Hart con un remate agónico en una jugada embarullada, todo quedó anulado al señalársele fuera de juego. Comenzar con tres delanteros le estaba funcionando al plan de Diego Pablo Simeone, pero solo a medias, así que el Celtic seguía vivo.
Para asestar un segundo golpe a la 'víctima', Griezmann se encargó de fabricar el ataque idóneo. Después de un saque de esquina botado por él mismo, la acción prosiguió con los centrales rojiblancos aún arriba; un robo en tres cuartos de campo propició que 'Grizi' centrase en largo desde la derecha al palo alejado, viendo que Josema Giménez llegaba en tromba.
El zaguero se desmarcó a la espalda de Alistair Johnston y asistió de cabeza hacia el punto de penalti, donde Morata en plancha empujó a la red el gol con la bota diestra. Era la penúltima jugada de la primera parte y la racha goleadora del ariete madrileño continuaba viento en popa.
Al regreso de vestuarios, Correa buscó el tercero en dos ocasiones claras. La primera fue mediante un regate a Liam Scales hilvanado con un tiro de exterior, que atrapó Hart; y la segunda en otra jugada personal por la banda derecha, hasta apurar la línea de fondo y enganchar un disparo fuerte que el portero del Celtic mandó a saque de esquina.
Al poco, Giménez estrelló un cabezazo en el larguero en una jugada a balón parado. El incordio sobre Hart era incesante y se materializó con el 3-0 en el 60', obra de Griezmann en semichilena; un centro al palo largo iba dirigido a Riquelme, pero un zaguero visitante cortó el balón, con la mala suerte de servírselo en bandeja al delantero francés.
Rodgers hizo un inmediato doble cambio, pero a Simeone le salió mejor la apuesta. Habiendo introducido en el campo a Saúl Ñíguez y a Samu Lino, este último marcó el bonito 4-0 (66'). Emparejado con Johnston en el pico del área, dribló al lateral derecho canadiense y tiró raudo a puerta; esa pelota de Lino se envenenó conforme se alejaba, batiendo a Hart.
Solo tres minutos después, Correo perseveró en su búsqueda del gol, mandando un disparo raso y cruzado a la cepa del poste. El conjunto de Glasgow era una sombra de lo que había sido en su anterior duelo con el Atlético, entonces al calor de su grada. Pero en esta ocasión, lastrado por disputar casi todo el encuentro con un hombre menos, recibió un correctivo.
Morata selló la 'manita' en el minuto 77, atento al borde de área para recoger un balón suelto y empalmar una volea con la diestra; sin opción alguna para Hart, el 5-0 era una realidad y los pupilos del 'Cholo' se reencontraba consigo mismos tras varios días raros por la derrota liguera contra la UD Las Palmas.
Hart no había terminado su horrible noche de trabajo y, en el 83', atajó fácilmente un zurdazo de Marcos Llorente desde la frontal. El propio Llorente fraguó el 6-0 justo a continuación, llegando hasta la línea de fondo para centrar al costado opuesto; Lino efectuó un tiro potente, que no vio puerta pero halló a Saúl presto para remachar.
Le costó a Saúl una segunda intentona para enviar ese balón al fondo de la red, mientras la defensa escocesa no era más que un juguete roto. A Hart se le había venido el mundo encima sobre el césped de un Cívitas Metropolitano que disfrutó, sobre todo con los tres puntos de oro que este triunfo significó para su equipo.
Liderato para los del 'Cholo' en el Grupo E, con ocho puntos y viendo más clara la ruta hacia los octavos de final. El Celtic, por su parte, siguió como colista y con un único punto en su casillero a falta de solo dos jornadas para zanjar la fase de grupos; apenas tienen opciones los de Glasgow para cazar al Feyenoord ni a la Lazio.