El Atlético de Madrid entrará este viernes en el sorteo de los cuartos de final de la Copa del Rey con un gol del argentino Ángel Correa, dos del francés Antoine Griezmann y una victoria práctica contra el Rayo Vallecano (3-0), que se marchó del Vicente Calderón con dos ocasiones y sin opciones de pasar de ronda.
El equipo vallecano fue competitivo durante varias fases del encuentro, pero se quedó en eso, sin capacidad de marcar un gol ni poner en verdaderos aprietos al Atlético, que encaminó el pase con un golazo de Correa en el tramo final del primer tiempo y que sentenció en los últimos once minutos con dos dianas de Griezmann.
Un 3-0 quizá excesivo para el Rayo, un rival incómodo para el Atlético esta temporada. Ya lo fue en los dos compromisos anteriores en Vallecas, el 0-2 con el que ganó en la Liga y el 1-1 de la ida en la Copa con el que llegó abierta la eliminatoria al Calderón, donde el bloque rojiblanco tardó media hora en madurar su victoria.
Hasta entonces sintió la exigencia de la presión del Rayo. Uno, dos y en ocasiones hasta tres y cuatro jugadores visitantes acecharon a los futbolistas del Atlético en determinadas zonas del terreno, cuando el conjunto rojiblanco superaba mitad de campo y ponía en funcionamiento ya sus ataques sobre la portería de Yoel.
Y hasta entonces, con algún detalle del argentino Ángel Correa, una de las ocho novedades del once, un par de cabezazos del colombiano Jackson Martínez y del ghanés Thomas Partey y nada más que inquietud para el Rayo a través de los saques de esquina y las faltas laterales, el Atlético no encontró el partido que quería.
No había sufrido en defensa, con un Stefan Savic imponente por alto y sólo un disparo a la media vuelta de Javi Guerra parado por Moyá, pero tampoco había descubierto la fórmula para sacudirse la presión de su adversario, avanzar con concreción, combinar con precisión y conectar con sus delanteros, desasistidos en el remate.
Después, por momentos, sí. Porque el Atlético, a ráfagas, profundizó, destapó vías entre la defensa rival y, principalmente, marcó el 1-0; un derechazo potente e imparable de Correa, que soltó un latigazo desde fuera del área que primero impactó con el larguero para alojarse en la meta sin opción para Yoel.
Era el minuto 39. Correa, el cuarto delantero por volumen de minutos en este curso en la plantilla rojiblanca, ya es el segundo atacante con más goles en esta campaña, cuatro, sólo superado por el francésAntoine Griezmann, uno de los ocho futbolistas que rotaron este jueves en la alineación titular del Atlético, junto a Jan Oblak, Giménez, Juanfran, Gabi, Augusto Fernández, Luciano Vietto y Saúl Ñíguez.
Su gol encarriló un partido que ya estaba desde una decena de minutos antes sobre los parámetros previstos por el Atlético; mala noticia para un Rayo que comenzó bien, que transitó hasta la media hora dentro del partido, pero que decayó después, sin más apariciones en ataque y con más apuros en defensa y medio campo.
No se marchó al descanso fuera de la eliminatoria porque Correa, en su carrera para enfrentarse en solitario con Yoel, eligió la generosidad a la entrada de Jackson en lugar del uno contra uno y quizá de su segundo gol. En su pase, cuando el colombiano ya armaba su pierna para marcar a puerta vacía, se cruzó un salvador Quini.
No le cambiaba mucho al Rayo el tanto en contra. Necesitaba marcar sí o sí antes, con el 0-0, y después, con el 1-0. Reaccionó a ratos del segundo tiempo, con más control de la pelota, con menos sobresaltos atrás, con una buena transición, pero sin profundidad, condición indispensable para poner más en debate la eliminatoria.
Era, en cualquier caso, una situación de riesgo para el Atlético. Lo confirmó un potente e inquietante tiro de Embarba mientras Jackson se ofuscaba con el gol -lo intentó sin éxito en múltiples remates- y mientras Simeone recurría a Gabi y Griezmann, que sentenció la clasificación en los últimos once minutos con dos goles, uno de chilena en el área pequeña y otro al contragolpe.