El Atlético presentó el nombre de su nuevo estadio y también la renovación de su escudo... y lo cierto es que ni una cosa ni la otra ha tenido demasiada aceptación entre la afición. El Wanda Metropolitano ha aunado a casi toda la hinchada en su contra, mientras que el escudo tiene al graderío al cincuenta por ciento. Bruno Sellés, director creativo del estudio Vasava, ha salido en defensa de su criatura.
"La clave del cambio es una búsqueda de simplificar formas y síntesis. Es un escudo que no ha cambiado desde 1947 y el equipo ha ido creciendo, llegando a nuevas cotas de popularidad. No era lógico que la marca no avanzara y no estuviera a la par de los retos actuales", dice el creativo.
Sellés, que admite venir de familia atlética, afirma que este reto le hizo especial ilusión: "Tenía motivación personal y profesional. Es comprensible que cueste asimilar los cambios, hace falta tiempo. Un escudo es un símbolo muy fuerte y amado por al afición. Me parece sano que la gente se manifieste, incluso negativamente, el aficionado siente el escudo como algo propio y cuando tocas algo propio molesta".
El diseñador del escudo comenta el por qué de los cambios realizados: "El diseño está realizado para un club cada vez más internacional y su audiencia es global. Un alemán podía no entender el dibujo de si era o no era un oso. Se ha buscado corregir erores y darle un empaque más sencillo".