Cómo pasa el tiempo. Cómo pasan los años. Y qué mayores nos hacemos. Qué cantidad de experiencia que sumamos y cómo vemos con morriña el pasado. Fernando Torres volverá a buen seguro a tener ciertas emociones en esta segunda jornada de Liga, no porque se enfrente a un Real Madrid o a un Barcelona, sino porque volverá a tener enfrente al rival contra el que debutó con el primer equipo del Atlético. Los rojiblancos viajan a Butarque para jugar ante el Leganés, los mismos que en 2001 vieron por primera vez a ese chaval con pecas que llevaba el 35 rojiblanco.
Fue en mayo, más concretamente el día 27, cuando un prometedor chaval de 17 años saltó al campo siendo una de las pocas alegrías que tuvo la hinchada del Manzanares en ese primer, complicado y horrible año en Segunda división. Una de las pocas y una de las grandes alegrías que hubo aquel curso, porque hace 16 años sería el 'nacimiento' de uno de los jugadores más queridos por la afición del Atlético.
Y es que ese niño con pecas se ha hecho mayor, desde que sustituyera a Luque en ese mes de mayo y desde que marcase su primer gol ante el Albacete ese mismo curso. Se ha hecho grande, portando el brazalete de capitán del Atlético en no pocas ocasiones y representando a un equipo que se le quedó pequeño en no pocas temporadas. Que no tuvo otra que dejarle ir en 2007 al Liverpool después de promesas de grandeza que no se cumplían hasta hace bien poco.
Histórico gol en 2008
Rumbo al Liverpool, donde cosechó grandes temporadas con goles importantes tanto en su club como en la selección de España. Inolvidable fue ese tanto ante Alemania que le dio a los de Aragonés su segunda Eurocopa, e inolvidable fue esa campaña para él pues concluyó con la consecución del Balón de Bronce al ser elegido como tercer mejor jugador del curso. Pero su paso al Chelsea derivó en una irregularidad de minutos que se mantuvo en Milán y que duró hasta que volvió a casa.
Hasta que, 13 años después de debutar y siete desde que se fuera, volvió al Vicente Calderón en una presentación sin precedentes que hizo que se llenara el estadio tan solo para ver a un jugador. Temporada y media tenía, temporada y media que se amplió en una más viendo su trabajo y sus registros desde enero de 2016 a esta parte. Aún le queda la espina de ganar un título con el Atlético, después de la final perdida en Milán. De momento, partido a partido, y eso le lleva a volver a tener frente a él el Leganés, rival contra el que empezó todo para Fernando.