El Atlético de Madrid llegó a Vallecas con el recuerdo de la pasada temporada, cuando ganó 0-7, pero también siendo consciente de que el partido no iba a ser un paseo como lo fue en aquella ocasión. Eso lo pudieron comprobar desde el inicio los jugadores rojiblancos, que sufrieron la presión alta de los locales, que se mostraron muy aguerridos.
Pese a ello, el Atlético no se sintió incómodo y, fiel a su estilo, trató de hacerse dominador del juego bajo el mando de Koke y suya fue la primera ocasión del partido, a los catorce minutos, cuando Abdul Munin despejó un balón hacía atrás, Julián Álvarez no acertó a controlarlo cuando lo tenía todo de cara y fue el portero, Augusto Batalla, el que acabó haciéndose con el esférico.
Poco después, justo mediada la primera parte, en el minuto 22, el Atlético pudo adelantarse cuando Julián Álvarez se sacó un latigazo cruzado desde el costado izquierdo que se estrelló en el larguero, levantando al público de sus asientos.
El gol hizo mella en el Atlético
Esa fue la acción que hizo reaccionar al Rayo, que, aunque no había perdido la compostura, sí estaba jugando un poco a merced de su rival. El más incisivo fue Adrián Embarba, que hizo mucho sufrir a Nahuel Molina, aunque no participó en el primer tanto de su equipo, obra de Isi Palazón, que remató en línea de gol una asistencia de Andrei Ratiu tras una buena jugada de Jorge de Frutos.
El gol hizo mella en el Atlético, que tuvo que realizar su primer cambio antes del descanso por lesión de César Azpilicueta. Le sustituyó José María Giménez.
El parón lo aprovechó Diego Simeone para meter dos cambios más, dando entrada a dos jugadores de ataque, el francés Antoine Griezmann y el argentino Ángel Correa, y también para refrescar ideas, algo que le vino bien porque el equipo salió con un aire renovado y a los cinco minutos de la reanudación logró el empate.
Alexander Sorloth recibió un balón al espacio por el costado derecho, se fue de Batalla, pero al quedarse sin ángulo reculó, buscó un compañero y dio un paso al centro que recogió Conor Gallagher para, de un disparo ajustado, batir por bajo al poste izquierdo al portero argentino.
El Rayo no encontró la forma de recomponerse y hacer frente a la mejoría del Atlético y por eso Iñigo Pérez empezó a mover su banquillo, primero sacando a Oscar Valentín y Sergio Camello y después a James Rodríguez, que salió entre la ovación de la grada.
Ninguno de esos futbolistas cambió la dinámica del partido, que en los últimos minutos, aunque ambos equipos trataron de aumentar el ritmo, estaba sin dominador claro, con escasez de ocasiones y demasiado juego en mitad de campo dando incluso sensación de tedio en algunos compases.
Con este empate el Atlético de Madrid se sitúa cuarto con 12 puntos, a seis del Barcelona, mientras que el Rayo, con 8, se queda en mitad de tabla.