A dos meses de que se reanude la competición, y con una ventana de fichajes por medio, es difícil saber el grado de favoritismo de los tres equipos españoles. Lo que sí podemos decir es que nuestros equipos han perdido la condición de ‘cocos’ del sorteo, y ya no habrá lamentos de nuestros rivales al final de los bombos.
Real Madrid: evitar al campeón
No hay que ser muy listo para saber que el Chelsea es un mal compañero de octavos. Los de Tuchel lograron su clasificación con solvencia pero en el último minuto del último partido cayeron en el bombo 2 por un exceso de confianza y un gol del Zenit. No están en su mejor momento, y aún así pasan por ser firmes candidatos al título; de hecho, hablamos del mismo bloque campeón hace unos meses con la guinda de Lukaku, que marca diferencias.
Tampoco sería una alegría enfrentarse al PSG, aunque los parisinos no acaban de cuajar su enjambre de estrellas y acostumbra a atragantarse en la fase de octavos, tras el frío invierno del fútbol francés. Salzburgo, Sporting y Benfica serían rivales más cómodos, equipos alegres e intensos pero muy irregulares.
Atlético de Madrid: viajemos al norte
El Lille es la única buena noticia que deja el bombo 1 para los de Simeone. Los campeones franceses han mejorado con el tiempo, y sin embargo sigue lejos del nivel mostrado la pasada temporada. La otra, no tan segura, es el Ajax, pero los de Ten Hag están volviendo a niveles de juego y resultados que recuerdan al equipo que rozó la final en 2019. Son los únicos no-grandes del sorteo para el Atlético de Madrid y los equipos contra quienes seguro sería favorito.
Pero las malas noticias son demasiadas. Bayern y Manchester City parecen inexpugnables, firmes candidatos al título, mientras que la Juventus y el Manchester United pasan por sendas crisis que les hacen hoy tremendamente vulnerables, pero que no sabemos cómo evolucionarán. A este pequeño grupo de grandes decaídos podríamos incorporar al Atlético, que siempre puede mejorar para llegar a febrero con garantías de enfrentar a los mejores.
Villarreal: además, el Liverpool
El panorama de los amarillos es casi idéntico al de los atléticos, con una importante salvedad: el equipo de Klopp y Salah. Y es cierto que los reds no han sido fiables en las dos últimas temporadas y que acostumbra a pagar caras las bajas, pero el nivel que está dando este Liverpool 21-22 se empieza a parecer progresivamente al que le hizo campeón de Europa, apoyado sobre todo en un intimidante Mo Salah. Los de Emery evitan al Manchester United, que tiene mimbres para mejorar mucho en los próximos meses, pero a día de hoy la diferencia entre los de Klopp y los de Rangnick se antoja abismal.