Un gol del centrocampista japonés Take Kubo a los 25 minutos ha sido suficiente para que la Real Sociedad arranque con victoria la temporada 2022-23 en el estadio Nuevo Mirandilla, donde el equipo visitante controló la situación ante un Cádiz con muy pocas ideas en la faceta atacante.
Dominio visitante
El conjunto donostiarra aprovechó la mejor ocasión que tuvo en la primera parte para poner el 0-1, obra del japonés, uno de los refuerzos de la Real para esta temporada, a la que llega traspasado por el Real Madrid, mientras que en la segunda gozó también de algunas oportunidades para poner el 0-2, lo que no hizo y eso le dio vida a la formación gaditana en la busca de un empate que no encontró.
Arrancó con ímpetu el Cádiz y a punto estuvo de marcar ‘Choco’ Lozano en una jugada personal entrando por la banda izquierda que finalizó con una buena parada de Remiro, pero ese ataque inicial fue un espejismo y pronto comenzó el dominio realista, sin crear ocasiones claras, pero sí rondando el área gaditana.
Merino buscó el gol de cabeza en un saque de esquina botado por Kubo, pero el balón se perdió alto. Acto seguido, una peligrosa contra de la Real tras pérdida de Lucas Pérez pudo ser abortada por la defensa local.
A los 25 minutos se rompió la igualdad en el marcador. Y lo hizo por parte visitante, cuando una indecisión entre los cadistas José Mari y Chust permitió a la Real recuperar el balón en zona peligrosa. Merino lo vio claro y con calidad colgó la pelota salvando por encima a la defensa y dejando totalmente solo a Take Kubo, que controló y fusiló a Ledesma.
Pudo empatar enseguida el Cádiz, pero el disparo de Fali, con Remiro en el suelo, fue desviado a corner por el omnipresente Merino.
Su mayor efectividad permitió a la Real irse ganando al descanso. Lozano había fallado la ocasión más clara del Cádiz nada más empezar, mientras que Kubo sí supo aprovechar la suya en un encuentro de escasas oportunidades de gol.
Mismo guion en la reanudación
Tras el paso por los vestuarios, Sergio González sentó a Perea para dar entrada a Awer Mabil en la banda derecha. Ninguno de los dos es un futbolista habitual de dicha demarcación, pero el Cádiz en plantilla sólo cuenta con Alejo como especialista y, tras superar unas molestias y entrar en la convocatoria, seguía en el banquillo.
La Real tenía el partido donde quería, totalmente controlado. No pasaba apuros atrás gracias a la solidez de su defensa y la inoperancia cadista en ataque. Los locales no mostraban signos de mejoría y su falta de ideas era evidente.
No obstante, los de Alguacil no querían especular con el resultado y, aunque jugando a veces con el cronómetro, buscaban un segundo gol que cerrase el partido. A la contra iban a tener opciones, como un tímido disparo de Silva desde la frontal que atajó Ledesma.
A los 64 minutos, el técnico local dio entrada a Alejo y envió a Mabil a su banda natural a la vez que sustituía a José Mari por Alarcón. Justamente Alarcón molestó a Silva lo suficiente como para que un disparo a bocajarro no fuese bien dirigido y Ledesma lo desviase. Y en la siguiente jugada de nuevo Ledesma salvaría el tanto vasco, esta vez al despejar un chut lejano de Diego Rico.
La Real rondaba el segundo tanto, pero el marcador seguía siendo mínimo y los amarillos cambiaron a Lucas Pérez por Negredo en busca de colgar algún balón que permitiese empatar.
Aprovechó Alguacil la pausa de hidratación para realizar un triple cambio. Barrenetxea, Illarramendi y Cho sustituyeron a Merino, Kubo y Silva. El técnico vasco buscaba piernas frescas en su equipo para afrontar un tramo final en el que el Cádiz se lanzaría sin frenos en busca del empate.
Una jugada con doble centro de Mabil y Alejo quedó en nada instantes antes de entrar en los siete minutos de añadido.
Pudo sentenciar Cho, pero Ledesma le ganó la partida. Una pérdida de balón de Espino permitió al delantero realista controlar la pelota en su propio campo y conducirla sin oposición hasta el área local, donde el guardameta argentino salió vencedor.
De nuevo Cho pudo marcar el segundo, pero otra vez Ledesma sacó una mano salvadora. Fue la última jugada de un partido dominado por la Real Sociedad.