Cuando superó un cáncer hace seis años, Juan Pedro Orellana, un gaditano aficionado al deporte, ya le prometió a su mujer que haría en bici los 112 kilómetros que separan su pueblo de El Rocío. Seguro que en aquel momento no imaginaba que se convertiría en un ejemplo de solidaridad y superación para todos. A Juampe, como le conocen los amigos, le diagnosticaron un cáncer linfático en 2004. Pensó que no vería crecer a su hijo pero tras una lucha muy personal contra la enfermedad, fue dado da alta en 2010, totalmente curado.