El Granada CF cayó ayer derrotado en el Sánchez Pizjuán por varios motivos. El primero, la superioridad de un Sevilla FC, aspirante al título de Liga, que aprovechó a la perfección los errores de cobertura que tuvo el conjunto rojiblanco. Segundo, porque el colegiado del partido, De Burgos Bengoechea, completó una de las peores actuaciones arbitrales que recuerdo, adjudicando todas o casi todas las dudas a favor de los de casa, del equipo grande, del que se estaba jugando mucho. Para colmo de despropósitos, De Burgos tuvo que reanudar por un minuto más, un encuentro que había dado por finalizado momentos antes, una vez que muchos de los jugadores se encontraban ya sin camiseta y en la ducha. El espectáculo vivido en ese final de partido ha dado la vuelta al mundo, como un sainete que no se debe volver a repetir. Y tercero, porque, a mi modesto entender y sin querer meterme a técnico, Diego Martínez volvió a apostar por un sistema de juego que es ruina. Insistir en jugar con tres centrales conduce habitualmente a perder, según afirma la estadística y la evidencia más aplastante. En lo físico y técnico el Granada CF no fue ayer demasiado inferior al Sevilla FC, salvando la enorme calidad de los mejores jugadores de Lopetegui, pero en lo táctico la superioridad blanca fue manifiesta. Dos errores defensivos dieron al traste con la aspiración granadina de puntuar en Nervión.
Hoy también haremos referencia a la destitución ya oficial de Antonio Fernández Monterrubio como director general del Granada CF. El club no ha explicado motivos, simplemente ha despachado el asunto con una nota en la que afirma que Monterrubio "ya no es director general de la institución" y que "sus funciones serán asumidas a partir de ahora por el consejo de administración". La medida, anunciada hace ya meses, responde a la pérdida de confianza del directivo por parte de la nueva presidencia, que encabeza el magnate Rentao Yi. A Antonio, los actuales rectores, lo ven corresponsable de una gestión económica desastrosa durante la etapa de Jon Jiang. El asunto, seguramente, terminará en los Tribunales de Justicia, ya que el que se ha publicado hoy, no ha sido un despido pactado.