Por fin llegó el nuevo entrenador. Robert Moreno ha fichado por dos temporadas y será el encargado de hacer olvidar a Diego Martínez, seguramente el mejor entrenador de la historia del club, a quien este "nuevo" Granada CF procura silenciar. Comienza una nueva etapa en la que al técnico y al director deportivo, a quien de una manera más o menos indirecta ha reconocido conocer desde hace casi veinte años (es difícil admitir que no ha sido Robert quién ha colocado en el club a este desconocido Pep Boada), le queda mucho trabajo por delante. En la presentación, Robert ha afirmado que el club posee en la actualidad buenos jugadores, para un equipo que según también ha afirmado "podría competir perfectamente con buen nivel". En cuanto al objetivo marcado por la propiedad es evidente apuntar contradicciones. Por una parte se habla de consolidar al equipo en primera división y por otra que las miras serán las de quedar en puestos altos de la tabla clasificatoria y jugar de forma alterna en Europa, según ha afirmado el propio Moreno. Con independencia de que una y otra cosa a la vez son imposibles, parece evidente que todo lo que se pueda conseguir dependerá de cuánta inversión está dispuesto el club a poner a disposición del nuevo inquilino del banquillo de Los Cármenes. Esperemos acontecimientos y deseemos la mejor de las fortunas al nuevo entrenador, Robert Moreno.
En el mundo del baloncesto, el Covirán Granada cayó ayer derrotado en Lugo por tres puntos de diferencia, algo que le impidió ascender por la vía rápida a la Liga ACB. El domingo última y definitiva entrega, con un partido que decidirá definitivamente quién ocupa esa plaza en la máxima categoría del deporte de la canasta español. Ojalá que haya una suerte que ayer se negó al conjunto de Pablo Pin.
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