Muchos aficionados se encuentran inquietos ante la posibilidad de que Darwin Machís abandone el Granada CF. Y no les falta razón. La salida tras el final de mercado de un jugador supone que hasta que no se vuelva a abrir la nueva ventana de fichajes, allá por el mes de enero, los clubes se quedan sin la posibilidad de poder firmar un nuevo futbolista, salvo que se encuentre en paro. La pérdida de un jugador como el venezolano no sólo privaría al conjunto rojiblanco de un buen jugador sino que le dejaría sin, posiblemente, su mejor jugador o al menos su jugador más desequilibrante y definitivo. Tras la marcha de Kenedy la dirección deportiva no ha sabido reforzar la banda que ha dejado el brasileño y, si ahora se marcha Darwin, el equipo se quedaría sin calidad y velocidad en el costado zurdo para afrontar una competición altamente exigente. La única recompensa llegaría en lo económico, si el club mexicano interesado en el delantero paga la cláusula de rescisión (en México aún está abierto el mercado). En este caso sería inevitable decirle adiós, pero el daño en lo deportivo sería irreparable. Por todo ello, antes que pueda darse esta posibilidad y llegue el momento, los responsables de la parcela deportiva deben evitar no ya que que Machís se vaya del Granada CF, sino que Machís quiera irse del Granada CF, que es realmente lo que está ocurriendo. La situación tiene, debe y puede ser evitada y revertida.