La revolución en el Granada CF está a punto de consumarse al completo, tras la más que segura salida del director deportivo, Fran Sánchez, al Real Valladolid. Con su marcha quedarían relevadas todas las personas que han hecho posible el mayor milagro deportivo en los noventa años de historia rojiblanca. Es la decisión de la propiedad china, de sus nuevos gestores, ejecutada por la nueva director general, Patricia Rodríguez.
Lo hecho hasta ahora será difícil de tan siquiera igualar, sobre todo si ciertas determinaciones no se ajustan a la más mínima lógica. Porque todos coincidiremos en que el relevo en la dirección general, con la destitución de Fernández Monterrubio, se encontraba dentro de las medidas llamadas "de poco riesgo", porque de todos es sabido que los grandes éxitos granadinistas han pertenecido a los terrenos de juego y no a los despachos. En este fútbol, que ha maravillado a España y media Europa, reinaron Diego Martínez y Fran Sánchez, sin olvidar una primera etapa en la que tomaron medidas acertadas, aunque pocas y muy caras en precio, los miembros del desaparecido Grupo HOB. Por todo ello es fácil comprender la primera destitución pero es complicado entender que se desmantele todo lo demás. Porque lo normal es no tocar lo que tan sensacionalmente funciona.
La salida del entrenador, tras no llegar a un acuerdo con la propiedad a cuenta de la inversión económica en el proyecto, dejaba una única pieza como heredera de la fórmula inolvidable: el director deportivo. Su marcha, tras ser despreciado y ninguneado en su trabajo, carece de sentido, por mucho que le deseemos la mejor de las suertes a los que le sucedan en el departamento. Todo hace indicar que estos llegarán del Eibar: el que ha sido segundo de Garagarza, Martija y el exrojiblanco, Fran Rico. De todo lo últimamente ocurrido, encontramos algún cambio comprensible, otro más traumático pero posiblemente inevitable, pero este último se sumerge dentro del terreno del capricho intolerable.
Ojalá que acierten, aunque mucho de lo que esté sucediendo atente contra toda lógica. Su éxito será el bien del Granada CF