Sus genes jugaron un papel fundamental para evitar la extinción. Es el resultado de esta investigación en la que han participado profesionales de las ramas de Inteligencia Artificial, Genética Molecular, Neurociencias, Psicología y Antropología.
Este hallazgo científico, que publica esta semana la revista científica 'Molecular Psychiatry', del grupo de publicaciones 'Nature', apunta que estas diferencias genéticas relacionadas con la creatividad fueron las que permitieron a los Sapiens desplazar a los neandertales en el pasado, según ha informado la UGR en una nota de prensa tras la presentación de los resultados de estos trabajos.
LA CREATIVIDAD
Es la creatividad la que confirió al Homo Sapiens ventajas más allá de las puramente cognitivas, "favoreciendo una mayor adaptación al medio que a los homínidos hoy extintos, al proporcionales una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades", ha agregado la UGR.
En este trabajo han participado los investigadores Igor Zwir, Coral del Val, Rocío Romero, Javier Arnedo y Alberto Mesa, del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UGR, el Instituto Andaluz Interuniversitario de Investigación en Ciencia de Datos Inteligencia computacional (DaSCI) y el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (ibs.Granada), junto con Robert Cloninger (Universidad de Washington en Saint Louis), Ian Tattersall (Museo Americano de Historia Natural de Nueva York) y colaboradores del Young Finns Study (Finlandia) y la Clínica Menninger (Houston).
Este hallazgo es el resultado de una investigación interdisciplinar que aúna Inteligencia Artificial (IA), Genética Molecular, Neurociencias, Psicología y Antropología, y supone el quinto artículo consecutivo que publica este equipo de investigadores en una de las más prestigiosas revistas científicas del área describiendo la personalidad humana.
Los 267 genes identificados como exclusivos del Homo Sapiens por estos científicos forman parte de un grupo más grande de 972 relacionados con la personalidad en adultos sanos, descubiertos también por los mismos autores. En trabajos anteriores, demostraron que esos 972 genes están organizados en "tres redes casi disjuntas de características de la personalidad y que integran el aprendizaje y la memoria".
"Estas redes han evolucionado de una manera escalonada. La más primitiva surgió en monos y simios hace unos 40 millones de años, y es responsable de la reactividad emocional, es decir, regula los impulsos, el aprendizaje de hábitos, el apego social y la resolución de conflictos", han explicado los investigadores de la UGR.
Hace menos de 2 millones de años surgió la segunda red, que regula el autocontrol intencional, es decir, la autodirección y cooperación para el beneficio mutuo.
Por último, hace unos 100.000 años, surgió la red de autoconciencia creativa. El estudio que se publica esta semana puso de manifiesto que los genes de la red más antigua, la de reactividad emocional, eran casi idénticos en Sapiens, Neandertal y chimpancé.
Sin embargo, los genes de autocontrol y autoconciencia de los neandertales estaban "a medio camino entre los de los chimpancés y el Homo Sapiens". La mayoría de estos 267 genes que distinguen a los humanos modernos de los neandertales y chimpancés son genes reguladores de ARN y no genes codificadores de proteínas.
Estos últimos son casi todos iguales en las tres especies y esta investigación pone de manifiesto que lo que las distingue es la regulación de la expresión de sus proteínas por los genes que se encuentran solo en humanos.
Mediante el uso de marcadores genéticos, datos de expresión génica y de imágenes de resonancia magnética de cerebro integradas en base a técnicas de IA, los científicos pudieron identificar las regiones en las que esos genes y los genes con los que interaccionaban estaban sobreexpresados.
Estas regiones están involucradas en la autoconciencia y la creatividad humanas, incluidas aquellas regiones fuertemente asociadas con el bienestar humano y de reciente aparición filogenética. Además, "estos genes confirieron al Homo Sapiens una mayor aptitud física que a los homínidos hoy extintos, al proporcionales una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades", han apuntado los autores.
Con ayuda de datos genéticos, los investigadores pudieron estimar a partir de estos genes que la adaptabilidad y el bienestar de los neandertales eran aproximadamente del 60 al 70 por ciento de los Sapiens, lo que significa que "la diferencia de aptitud física entre ellos era grande".
Los hallazgos tienen amplias implicaciones para comprender qué permitió a los Sapiens desplazar a los Neandertales y otras especies en el pasado geológicamente reciente. Los autores lanzan como hipótesis que la creatividad puede haber proporcionado ventajas selectivas al Homo Sapiens más allá de sus ventajas puramente cognitivas.
"Vivir vidas más largas y saludables puede haber prolongado el período de aprendizaje juvenil y adolescente, que facilita y permite la acumulación de conocimiento. Esta es una característica notable de los humanos conductualmente modernos, y es un factor importante en el éxito económico y social", han destacado.
La creatividad pudo haber alentado la cooperación entre individuos para promover el éxito de sus descendientes y su comunidad, permitiendo la innovación tecnológica, la flexibilidad de comportamiento y la disposición exploratoria necesarias para permitir que el Homo Sapiens se expandiera por todo el mundo con más éxito que otros linajes humanos.
En los cinco estudios publicados por estos investigadores en la misma revista de Nature se ha determinado y contrastado con múltiples fuentes de datos que el comportamiento humano no está solamente fijado ni determinado por nuestros genes, sino también por múltiples interacciones con el entorno.
"Podemos aprender y adaptarnos según nuestra experiencia, incluso hasta el punto de modificar la expresión de nuestros genes. La creatividad humana, la prosocialidad y la longevidad saludable surgieron como respuesta a la necesidad de adaptarse a las duras y diversas condiciones que había entre hace 400.000 y 100.000 años", han destacado los científicos de la UGR.
Este trabajo es un ejemplo de cómo el uso de técnicas de IA y un tratamiento de los datos sin ningún tipo de sesgo puede ayudar a resolver incógnitas sobre la evolución del ser humano. Los resultados obtenidos abren la puerta al desarrollo de nuevas líneas de investigación para promover el bienestar humano, ayudándonos a adaptarnos creativamente a superar situaciones críticas.