Se está haciendo largo este ínterin entre que empezó la campaña electoral de las Municipales del 28 de mayo y la vuelta a la normalidad -y puede ser ésta la primera vez en mucho tiempo que el concepto no se refiera a la pandemia- de la administración pública, del Ayuntamiento; del de Marbella en concreto. Aunque será en todos claro.
Mercería una vuelta eso de que el Consistorio no pueda hacer casi nada o publicitar o comunicar casi nada porque se vaya a estar usando la gestión pública en beneficio del partido de turno. Y otro giro o dos más incluso habría que darle a que el mismo Consistorio no pueda gestionar con normalidad -otra vez sin tener que ver con el COVID- al estar en funciones, máxime cuando el Gobierno se presupone, si no hay “tamayazo” o similar, será el mismo, o lo representará el mismo partido.
Porque han sido 38 días así, con cosas tan rimbombantes como tener que destacar ayer mismo de una Junta de Gobierno Local la constitución de la propia nueva Junta de Gobierno Local. La autoaprobación y la autoconstitución. Eso sí, luego sí pudo reunirse una Junta de Gobierno Local extraordinaria que estaba compuesta por los mismos integrantes para empezar a dar el visto bueno a trámites y proyectos.
Es para que los legisladores sobre la materia lo mediten.