A Aragón suelen llegar en torno a 150.000 grullas y de ellas, 20.000 se quedan en la comunidad a pasar el invierno y La Alberca de Alboré es uno de los lugares escogidos, además de la Laguna de Gallocanta.
Carlos Díaz de Viajar por Aragón nos lleva hasta este enclave en la comarca de la Hoya de Huesca, en el entorno del embalse de La Sotonera, rodeado de campos de cereal en los que se avista desde la sierra de Guara hasta la de Santo Domingo pasando por la Loarre. En Montmesa hay un Centro de Interpretación de aves donde se pueden realizar visitas.
“La constancia, el trabajo duro y sin reblar”, son las características que destaca Carlos de estas aves que vuelan todos los días rumbo al norte y que si ven que las condiciones no son propicias, regresan de nuevo hasta La Alberca. Así hasta que las temperaturas son más suaves.