Cuando se habla de Mónaco, la mente del viajero se va a un destino de lujo donde muchos millonarios veranean en sus yates o acuden a su famoso Casino Montecarlo. Pero tiene mucho más que ofrecer el segundo país más pequeño del mundo, después de El Vaticano. Beatriz Pitarch diferencia el país en tres zonas: la oeste, el centro y la este. En todas ellas, con muchas opciones de hacer fotografías de lujo.
En la zona Centro, Pitarch destaca el puerto. El puerto marítimo es un lugar que no hay que perderse en el que se pueden llegar a ver yates espectaculares, pero es también una zona muy atractiva para dar un agradable paseo. Hay puestos de comida e incluso atracciones para los niños.
La zona Oeste es la más recomendable según Beatriz Pitarch para conocer la “otra Mónaco”, la ciudad antigua. Aquí se encuentra el Palacio de los Grimaldi, un palacio muy sobrio, sencillo levantado sobre una plaza muy grande en la que todos los días, a las 11:55 se puede ver el cambio de guardia. Es uno de los destinos de peregrinación de los visitantes de Mónaco. Pero lo más atractivo de esta zona son sus calles medievales.
Son calles estrechas, pequeñas, en esta zona de la ciudad se encuentra el Palacio de Justicia, la Catedral en la que se encuentra la tumba de Grace Kelly y que recibe cientos de visitas y en la parte más baja se encuentra el Jardín Exótico. Tiene 15.000 metros cuadrados con decenas de clases diferentes y exóticas de plantas, un museo dedicado a los cactus e incluso una gruta prehistórica. Algo que tampoco hay que perderse es el Museo Oceanográfico, ya que el edificio ya en sí es fotogénico, a lo que hay que sumar un área dedicado a los tiburones.
Y la tercera zona que diferencia Beatriz Pitarch en este país es la zona Este que corresponde al área en la que se celebran las carreras de Fórmula 1 y está el Casino de Montecarlo.