España está a la cabeza del mundo en consumo de tranquilizantes o medicamentos para la ansiedad, el estrés y el insomnio. Concretamente lo que más se consume es diazepam. Según el último informe del Plan Nacional sobre Drogas, el 23,5% de los españoles consumen ansiolíticos y el 7% los toman todos los días. Mercedes Arias, vocal de Atención Farmacéutica del Colegio de farmacéuticos de Zaragoza, constata este aumento de consumo de ansiolíticos y antidepresivos.
Estos medicamentos se suministran con receta médica porque pueden producir dependencia y tolerancia, como explica Arias, el cuerpo se acostumbra a estos productos y para que surjan efecto, cada vez se necesita más dosis. Precisamente por esto y por los efectos secundarios que pueden acarrear es necesario el control de un profesional médico. Sobre todo, si son las personas mayores quienes consumen estos medicamentos, ya que les puede afectar también a nivel cognitivo.
Muchas personas se dirigen directamente a las farmacias cuando están nerviosos o no pueden dormir, en este aspecto, Mercedes Arias reivindica el papel de los farmacéuticos ya que pueden detectar la adherencia a los tratamientos, un 50% de la población no los siguen y si se habla de problemas o tratamientos de enfermedad mental, el porcentaje de incumplimiento sube al 70%.
Además, los farmacéuticos son los primeros en detectar si la persona que acude a por un medicamento es por algo puntual o hay una patología detrás, en este caso, derivan a un profesional médico.