El aceite de oliva se ha convertido en un producto de lujo para algunas personas, pero el consumo está arraigado en la dieta mediterránea y muchos ciudadanos han optado simplemente por moderar la cantidad utilizada. Por ejemplo, en la Denominación de Aceite del Bajo Aragón, no han notado una caída significativa de la demanda.
Este año se prevé una buena cosecha en el territorio, lo que podría contribuir a mantener los precios. El director técnico de la D.O., Juan Baseda, lamenta que a veces el coste del aceite sube porque hacen acopio de él los propios consumidores y grandes compañías que no lo producen, pero lo envasan y venden.
Ley contra el desperdicio alimentario
El Gobierno de España prevé la entrada en vigor, el 1 de enero de 2025, de la nueva Ley contra el desperdicio alimentario. Y es que en 2022 se desecharon unos 65 kilos de comida por cada hogar en nuestro país. La norma pondrá el foco en la cadena alimentaria y dará prioridad a donar los excedentes a las ONG o bancos de alimentos. La norma también prevé multas para los restaurantes que tiren comida.
Sin embargo, la cultura de aprovechar los alimentos está arraigada en el sector hostelero. Los bares y restaurantes fomentan la cocina de aprovechamiento y, además, cada vez más a menudo los clientes se llevan la comida que no consumen. El secretario de HORECA Restaurantes, Daniel López, explica que ahora se usan también aplicaciones en las que se ofrecen platos del día más baratos a los consumidores.