El nuevo hotel Canfranc Estación, bajo la marca Royal Hideaway Luxury Hotels & Resorts de Barceló Group cuenta con 104 habitaciones, cuatro con categoría de suites de lujo. Ante todo, un sueño hecho realidad, como contaba Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc. Un primer día muy emocionante tras ver cómo Carmela y Santiago han sido los primeros en cruzar esa gran puerta de cristal que les ha permitido no sólo entrar en un hotel de cinco estrellas sino ha sido como viajar en el tiempo.
Un gran vestíbulo con altos techos, un gran reloj imprescindible, taquillas de madera que se han convertido en el mostrador de la recepción y esa gran escalinata art decó que mantiene la esencia de lo que fue el hall de la estación internacional de Canfranc. El hotel mantiene esa imagen majestuosa, esos colores en blancos, grises y azulones en el exterior, madera y dorados en el interior, de cuando se inauguró, un 18 de julio de 1928.
Una historia emocionante
Y es que esta estación ha vivido muchas vicisitudes. Alfonso XIII la inauguró en 1928, convirtiéndose en un nudo muy importante de comunicaciones y transporte de mercancías y pasajeros entre España y Francia. Por desavenencias con el país vecinos, se vio abocada al cierre entre 1945 y 1949. Pero fue el 27 de marzo de 1970 cuando el tráfico ferroviario se interrumpió definitivamente. En 2012 el Gobierno de Aragón adquirió la estación y la explanada exterior. Y hoy, Barceló Hotel Group ha abierto de nuevo el hotel bajo la marca Royal Hideaway Luxury Hotels & Resorts.
La fotografía del primer día no ha podido ser más bucólica, la estación cubierta de nieve, que ha hecho que la apertura se haya tenido que retrasar tres días, estaba prevista para el 24 de enero, pero una nevada hizo que fuera el día 27 el gran momento. Una estación a los pies de la montaña y rodeada de naturaleza. Un entorno, que se ve reflejado en los uniformes de los trabajadores, diseñados por el aragonés Nacho Lamar.
El simbolismo que rodea cada detalle de este hotel no queda sólo en el color y en utilizar elementos como las hojas de las carrascas. Simbolismo también en los propios uniformes, el chaleco de los recepcionistas simula el pico de la montaña El Fraile que se ve desde Canfranc y toda la uniformidad está inspirada en los oficios ferroviarios.
Cinco estrellas también en gastronomía
Además, la gastronomía también es de lujo, los oscenses Eduardo Salanova y Ana Acín, al frente de la Venta del Sotón y el restaurante Espacio N, Estrella Michelín, son los encargados de la dirección gastronómica. Con guiños a antiguas recetas aragonesas y creaciones de vanguardia que se pueden degustar en un restaurante ubicado en un antiguo vagón.
Por cierto, la estación está declarada Bien de Interés Cultural desde 2002, y forma parte del Patrimonio Histórico Cultural Ferroviario. Y la semana pasada recibió el premio Re Think Hotel como uno de los mejores proyectos de sostenibilidad y rehabilitación hotelera realizados en España al conservar el valioso patrimonio cultural de un edificio emblemático con más de 90 años de historia.