El Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón (INMA) aspira a obtener próximamente el prestigioso sello acreditativo Severo Ochoa. El director del Instituto, Conrado Rillo, que ha recibido en la sede al presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, ha destacado que obtener el sello permitirá aumentar los ingresos del INMA en aproximadamente un millón de euros cada año para “contratar personal científico, técnico y de gestión para hacer acciones internas, colaboración con empresas y entre distintos grupos de investigación”. Todo para “crecer y ser más visibles en el ámbito internacional”.
Se prevé la incorporación de unos 40 expertos. Para asumir ese crecimiento, solicitarán al Gobierno aragonés la cesión de un terreno en el Campus Río Ebro, colindante con la sede actual del Instituto, para que el CSIC financie allí la construcción de un nuevo edificio cuyo equipamiento costeará la Universidad de Zaragoza. Ese nuevo centro estará listo en un plazo de entre 4 y 6 años, por lo que será necesario contar antes con instalaciones provisionales y complementarias.
El Instituto va a reforzar su papel con investigaciones centradas en nanobiomedicina, la aplicación de la inteligencia artificial al diseño de materiales o proyectos de transformación del CO2.