La muerte de Verónica Forqué ha puesto esta semana en el foco el drama de la depresión y la tragedia del suicidio. El caso de la actriz es la punta del iceberg, el ejemplo visible de un problema de salud mental sin rasgos visibles, que muchas veces no se llega a diagnosticar y que que algunos pacientes no llegan superar. Sólo en Aragón se produce un suicidio cada tres días.
Se calcula que, cuando alguien se suicida provoca un impacto directo en, al menos, seis personas. Son los supervivientes: seres queridos cuyo duelo se convierte en una tortura psicológica muy difícil de superar. La presidenta de 'Suicidio-Asociación de Supervivientes', Cecilia Borrás, explica que el duelo del superviviente es un calvario porque tiende a culparse de la pérdida por no haber sido capaz de evitar el suicidio de su ser querido.
Cecilia Borrás contará su propia experiencia como superviviente y la de otros casos que llegan a su asociación. También intervendrá la psiquiatra Isabel Irigoyen y la gerente de ASAPME, Ana López, quien señala la importancia de que, tras muchos años manteniendo la depresión y el suicidio como temas tabú, ya se hable abiertamente del problema.