La supervivencia a determinados tipos de cáncer está aumentando, pero aun así hay que seguir poniendo la mirada en la prevención y en la investigación para una detección precoz y para encontrar tratamientos cada vez más personalizados. Al hablar de investigación no sólo hemos de hablar de la “química” sino también en la preparación a los tratamientos desde diferentes disciplinas como la fisioterapia.
Investigadores de la Universidad San Jorge en colaboración con la Asociación Española contra el Cáncer han desarrollado un estudio al que se le ha dado un enfoque participativo con pacientes, cuidadores y profesionales sociosanitarios. Almudena Medina, docente del grado en Fisioterapia de la USJ y miembro del Servicio de Orientación en Fisioterapia de la AECC, explica que la fisioterapia ha de ser coadyuvante, necesaria para ayudar a la mejora de calidad de vida de los pacientes oncológicos.
Medina recalca que los beneficios que puede aportar la fisioterapia desde el momento del diagnóstico son muchos y esenciales para ayudar a que los efectos de los tratamientos sean más llevables, ya que ayudan a tener mayor fuerza muscular, mejorar la capacidad cardiovascular, se potencia la movilidad y la composición corporal. Aspectos que ayudan en la rehabilitación.
Entre las conclusiones de este estudio, pionero en España, Almudena Medina destaca que los participantes han indicado la necesidad de una asistencia sanitaria más humanizada y que desconocían los beneficios que podía aportar la fisioterapia desde el comienzo del tratamiento y lo que podía ayudarles tras superar el cáncer.
El desconocimiento de los efectos beneficiosos de la fisioterapia se traduce en que no todos los pacientes tienen las mismas opciones de ser derivados a estos profesionales desde el sistema de salud y su acceso también depende de donde viven.