Divulgación

El palmar largo o como las mutaciones ayudan en la evolución

El palmar largo, la muela del juicio o la habilidad para mover las orejas van desapareciendo en un porcentaje de la población por la evolución. Cambios genéticos al azar que permiten una mejora y que se trasmite generación tras generación. ¿Ustedes son de los que tienen palmar?

Lourdes Funes

Zaragoza | 28.09.2022 15:54

¿Ustedes tienen palmar largo o son del 15% de la población que no lo tiene? Para averiguarlo hay dos tipos de test. Uno de ellos consiste en poner el brazo extendido sobre una superficie plana, ahora junten su dedo meñique con el pulgar. Ahora miren su muñeca. Si ven un tendón que sobresale, es porque tienen el músculo “palmarius longus” y al ponerlo en tensión permite ver el tendón.

La divulgadora científica de Esciencia, Jerusalén Jaime, explica que esto se debe a una evolución, ya que este músculo lo utilizaban nuestros antepasados para escalar árboles. De echo hay otros ejemplos como la posibilidad de mover las orejas, al parecer era para poder escuchar sonidos y estar alerta, o con la tolerancia a la lactosa. Jaime cuenta que llegó un momento en el que por necesidad se empezó a consumir leche del ganado y el cuerpo tuvo que evolucionar para poder fabricar lactasa y así tolerar la lactosa.

Todos estos cambios se deben a una mutación genética que se produce por azar y que, al suponer una mejora, se va trasmitiendo generación tras generación. Sobre la evolución se podrá descubrir más aspectos en la nueva edición de la Noche de los Investigadores.