Desde la Fundación para la conservación de Quebrantahuesos se lleva mucho tiempo alertando de que el urogallo podría llegar a desaparecer, de hecho, se trabajó en un plan de conservación que no ha hecho mejorar su situación, como explica Juan Antonio Gil.
Es complicado conseguir la conservación del urogallo por un conjunto de factores que se han dado la mano. Hace unos años era una ave cinegética y eso provocó muchas bajas, sobre todo de los machos más fuertes. Otro de los factores que introduce Juan Antonio Gil es que durante muchos años hubo una política de deforestación que redujo mucho el hábitat del urogallo.
Otros factores tienen que ver con el cambio climático y es que el urogallo es una especie que llegó al Pirineo por las glaciaciones, por lo que el cada vez más constante aumento de temperatura está llevando, posiblemente, a una merma en la procreación. Además de las molestias que les ocasionan las personas ocasionan en algunas zonas.
Juan Antonio Gil asegura que se sigue trabajando por la conservación del urogallo y que se tiene el objetivo de destinar fondos de la Unión Europea. Se intentará recuperar como se ha hecho con otras especies y ver cómo se puede actuar para evitar que desaparezca.