Sanidad

Reducir los ansiolíticos y prevenir el suicidio, retos en salud mental

Las CCAA y el Ministerio de Sanidad analizan las medidas de los planes para combatir el suicidio y mejorar la salud mental en los dos próximos años.

Redacción

Zaragoza |

Reducir los ansiolíticos y prevenir el suicidio, retos en salud mental
Reducir los ansiolíticos y prevenir el suicidio, retos en salud mental | Freepik

El Ministerio de Sanidad ha presentado a las Comunidades Autónomas el Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027, que, entre otras acciones, apuesta por impulsar tratamientos alternativos al ingreso en residencias o la reducción del consumo de psicofármacos, que se ha disparado en los últimos años.

Según la encuesta Estudes del Ministerio, en 2023, el 19% de los jóvenes aragoneses entre 14 y 18 años consumieron tranquilizantes. El 9% lo hizo sin prescripción médica. España en su conjunto es uno de los países europeos donde más ansiolíticos se consumen. Se prescriben habitualmente y están en la mayoría de hogares, por lo que los jóvenes pueden acceder a ellos fácilmente para tratar la ansiedad o el estrés. Lola Sobrino, psicóloga de la asociación aragonesa Pro Salud Mental ASAPME, recuerda que esos fármacos no van a la raíz del problema.

El plan estatal de Salud Mental también apuesta por humanizar la atención de los problemas de salud mental y por su prevención en edades tempranas, mediante la regulación de la psicoterapia y psicología clínica infantil.

El tratamiento y prevención de los problemas de salud mental son un paso inicial para combatir el suicidio, que cada año en España, se cobra la vida de unas 4.000 personas. Según datos del INE, en Aragón, se suicidaron 62 personas en el primer semestre de 2024. El plan presentado por el Ministerio pone el foco en las autopsias psicológicas o en la limitación del acceso a medios letales para reducir estas cifras.

Además, abordará la prevención desde la perspectiva de género, y dando prioridad a los colectivos de riesgo, entre los que se incluyen personas con enfermedades graves, jóvenes y adolescentes, mayores o víctimas de violencia. Sobrino recuerda que las distintas casuísticas de esas personas requieren un abordaje adaptado a sus necesidades. Además, explica que los ciudadanos cada vez tienen mayor intolerancia a situaciones de malestar que no deberían requerir tratamiento.