Hace diez años, son Óscar Ballarín y Arturo González comenzaron a arreglar los 94 kilómetros de los que consta el Camino de San Úrbez. Una ruta que realizaban los peregrinos que acudían a la ermita del santo para hacer rogativas y que también utilizaban los Romeros de Albella. Caminos utilizados por ganaderos y vecinos durante muchos años.
El recorrido pasa por el Cañón de Añisclo y a través de pueblos habitados y también despoblados, pastos, parques naturales, collados y monumentos patrimoniales que llegan hasta la plaza de San Pedro el Viejo de Huesca. Se han establecido seis etapas marcadas por lugares en los que se puede pernoctar o incluso compra comida y comer.
Las tres comarcas por las que transcurre el Camino de San Úrbez: Sobrarbe, Alto Gallego y Hoya de Huesca, serán las encargadas de la conservación y mantenimiento del camino después de que la Federación Aragonesa de Montañismo, con la Diputación Provincial de Huesca, lo hayan adaptado y señalizando.