En un futuro medioambientalmente complejo, donde la falta de agua, los precios de la energía o la carencia de alimentos frescos pueden imponer nuevos modelos económicos basados en el autoabastecimiento y la autosuficiencia, el Instituto de Investigación en Ciencias Ambientales, la Escuela de Ingeniería y Arquitectura y el Centro Universitario de la Defensa están evaluando el potencial de los tejados para la producción de alimentos y de energía fotovoltaica, y de la recogida de agua de lluvia.
El estudio utiliza datos catastrales combinados con ‘nubes de punto’ para calcular la inclinación y la orientación de las zonas altas de los edificios, las sombras y la luz solar que reciben. Gracias a complejos sistemas para procesar toda esta información, han determinado qué partes de los tejados son más adecuadas para la el autoabastecimiento de alimentos, electricidad y agua.
El responsable de el estudio, Jorge Sierra Pérez, ha explicado que los resultados obtenidos hasta el momento no permiten pensar en tejados completamente autosuficientes, pero sí sugieren la posibilidad de ser parte de una solución global, si se combinan debidamente con otras estrategias.