Si hablamos de Navidad y de gastronomía el turrón es uno de los referentes. Y turrón hay para todos los gustos. Desde los clásicos: el duro, el blando, el de chocolate, no suelen faltar. Los mazapanes están también muy presentes y en Aragón, el guirlache. Partiendo de estos básicos, hace ya unos años comenzaron a surgir las variaciones: de frutas escarchadas, de yema y todos los de praliné. Pero en la experimentación no hay límites y ahora nos encontramos de turrones de Umami, de palomitas o de jamón.
El turrón de jamón, de sabor de chupa chups de fresa y nata, de umami cacao, de galleta caramelizada o de chocolate con palomitas son algunas de las novedades que llenan los lineales, fuera de lo habitual. Rubén Moreno, secretario general de Produlce, explica cómo los contrastes de sabores entre el dulce y el salado ayudan, no sólo a animar a la venta sino también a que este producto se consuma también fuera de las fechas navideñas. Y no sólo eso, cada vez, el consumidor lo tiene más complicado a la hora de elegir.
En el año 2022, la venta de turrones y mazapanes se incrementó en un 4% respecto al año anterior y Estados Unidos y Reino Unido se han convertido en dos de los lugares a los que más turrón y dulces navideños se ha exportado desde España, algo que, como indica Moreno, es significativo ya que hasta hace unos años la exportación estaba más limitada a países europeos o incluso alguno latinoamericano.
Según el estudio de Produlce los sabores que marcan cada año la diferencia o sobre los que se ha rediseñado, suponen el 60% de los nuevos lanzamientos. Un sector que también marca la importancia al hablar de puestos de trabajo, ya que en 2022 se incrementó el empleo en el sector en un 10% mientras que en 2021 generó un 17% más de empleos.