Durante 2020 los operarios de Emulsa retiraron de la vía pública 65.959 cacas de perro. En algunos momentos llegaron a encontrarse más de 180 al día.
La formación naranja asegura que iniciativas de este tipo funcionan con éxito en otras ciudades españolas. El proceso sería sencillo, explica el concejal Rubén Pérez Carcedo, porque al igual que los perros llevan un chip, se podría obligar a los dueños a aportar una muestra de ADN. Solo un funcionario podría recoger las cacas en la calle por su "presunción de veracidad".Ciudadanos dice estar cansado de los problemas "de convivencia ciudadana" que supone encontrarse excrementos en la calle. Aunque reconoce que los dueños incívicos son "una minoría" quiere acabar con el problema. Carcedo recuerda que ni las multas por no recoger las cacas, de entre 300 y 600 euros, ni las campañas de concienciación han dado resultado.
El laboratorio que dispone La Cooperativa está facultado para analizar los excrementos e identificar a los dueños de los perros. Ciudadanos afirma que los ingresos que se conseguirían con las multas cubrirían el coste del servicio. En otras ciudades sin laboratorio propio ascienden a 20 euros por análisis.