Motivos del premio
Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica para líderes de la inteligencia artificial. Se trata de los británicos Geoffrey Hinton y Demis Hassibis junto al francés Yann LeCun y el canadiense Yoshua Bengio. El fallo del jurado considera que “sus aportaciones al desarrollo del aprendizaje profundo suponen un gran avance en técnicas tan diversas como el reconocimiento de voz, el procesamiento del lenguaje natural, la percepción de objetos, la traducción automática, la optimización de estrategias, el análisis de la estructura de la proteínas, el diagnóstico médico y muchas otras”. Los examinadores de las candidaturas presentadas a esta edición consideran que los cuatro informáticos son exponentes de la inteligencia artificial cuyo “impacto actual y futuro en el progreso de la sociedad puede ser calificado de extraordinario”.
Los ganadores
Hinton, LeCun y Bengio son considerados padres del llamado “aprendizaje profundo” basado en el uso de redes neuronales que pretenden imitar el funcionamiento del cerebro humano utilizando algoritmos que convierten el proceso biológico del aprendizaje en secuencias matemáticas. Hinton acaba de presentar GLOM, un proyecto teórico de procesamiento y representación de la información visual. LeCun ha trabajado en métodos de reconocimiento de documentos o interacción humano-computadora. Bengio elabora algoritmos más eficientes en el tratamiento de datos para reconocer patrones.
En el caso de Hassibis, es CEO de DeepMind, una de las mayores compañías de inteligencia artificial del mundo y con múltiples aplicaciones científicas. Una de las más recientes, la predicción con elevada exactitud de la estructura de 350.000 proteínas humanas, el 44% de todas las conocidas.
Comentarios del jurado
La especialista en robótica y miembro del jurado Concepción Monje resalta que los avances en IA "está cambiando nuestras forma de relacionarnos y de percibir el mundo" mientras que el experto en evolución humana Juan Luis Arsuaga compara estos avances con lo que supuso la escritura, el libro y la imprenta para estimular nuestra evolución “no tanto biológica como cultural”·