La mujer que saltó la pasada semana con su hija de siete años en brazos desde el quinto piso de un edificio en Avilés ha fallecido este viernes en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde permanecía ingresada desde el incidente el pasado miércoles 5 de abril.
A pesar de los gritos de la pequeña para que su madre no se tirara por la ventana, esta se precipitó con su hija en brazos cayendo sobre un coche aparcado, que amortiguó la caída.
El titular del juzgado de guardia retiró a la madre la custodia y la patria potestad de su hija, dictó una orden de alejamiento y no le reconoció ningún régimen de visitas a la menor que, tras ser trasladada al HUCA, se encuentra fuera de peligro, según la abogada del padre, que espera que la causa abierta contra la mujer sea calificada como un asesinato en grado de tentativa con el agravante de parentesco.
No obstante, no se sabrá si se la imputa un delito de intento de homicidio o de asesinato hasta que no concluya la investigación abierta por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Avilés a raíz de que la madre se arrojara con la niña desde una ventana de su domicilio.
Ésta es una de las cuatro causas que su cliente tiene abiertas con la familia materna de su hija, después de verse cerradas las que se cursaron en los años 2017 y 2018 por malos tratos entre ambos, una de las cuales corresponde a un presunto delito de amenazas por parte del abuelo materno.
Este último permanece en prisión provisional en el Centro Penitenciario de Asturias como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa y quebrantamiento de una orden de alejamiento del padre de la niña, al que el día de los hechos esperó en un portal con un cuchillo, un martillo y un spray de pimienta.
En su declaración ante el juez, el abuelo reconoció los hechos y los justificó en la tensión y nervios que había provocado en toda la familia el hecho de que el padre de su nieta hubiese recuperado el régimen de visitas, según el relato de su abogada, María Luisa Nevado.
Además de las dos causas mencionadas, el abuelo tiene abierta una tercera desde hace unos meses por otro intento de agresión con un cuchillo que desembocó también en una orden de alejamiento.
Desde que dejaran de vivir juntos poco después de que naciese la niña en 2016, se sucedieron las denuncias entre los progenitores y ambos llegaron a ser condenados por malos tratos.
Según la abogada, también terminó en sobreseimiento otra denuncia que, a raíz de que el padre pidiese la custodia compartida, presentó la madre por abusos sexuales sobre la niña cuando ésta contaba cuatro años, lo que conllevó visitas tuteladas para el padre durante tres años.
