Sanidad

La Unidad de Arritmias de la GAI de Albacete realiza una técnica novedosa en la región

Se trata del primer implante extravascular, con electrodo implantado en espacio retroesternal, sin utilizar el sistema vascular y reduciendo el riesgo de algunas complicaciones mayores asociadas a los desfibriladores transvenosos convencionales. En este procedimiento se implanta un electrodo debajo del esternón y el desfibrilador se coloca de forma subcutánea en la zona axilar media

Onda Cero Albacete

Albacete |

Hospital de Albacete
Hospital de Albacete | wikipedia

La Unidad de Arritmias y Electrofisiología de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), ha realizado una técnica novedosa en Castilla-La Mancha. En concreto, se trata del primer implante extravascular, con electrodo implantado en espacio retroesternal, sin utilizar el sistema vascular y reduciendo el riesgo de algunas complicaciones mayores asociadas a los desfibriladores transvenosos convencionales. En este procedimiento se implanta un electrodo debajo del esternón y el desfibrilador se coloca de forma subcutánea en la zona axilar media.

Este es el primer dispositivo de estas características implantado en un hospital de Castilla-La Mancha, siendo uno de los diez primeros hospitales de toda España donde se ha realizado. En total, se han implantado, hasta diciembre de este año, 31 dispositivos de este tipo en todo el país.

La técnica la ha impulsado el equipo de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología del Servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, formado por los doctores José Enero, coordinador de la Unidad; Víctor Manuel Hidalgo Olivares, Sofía Calero Núñez y Paula Sánchez-Aguilera Sánchez-Paulete. Con este desfibrilador, diseñado por la empresa Medtronic, “tenemos todas las funcionalidades que disponen los sistemas transvenosos convencionales evitando los riesgos asociados a electrodos implantados en el sistema venoso, que representan las complicaciones más frecuentes y peligrosas de esos dispositivos convencionales”, han comentado los especialistas.

Se aumentan las opciones de tratamiento

Con esta nueva opción terapéutica, se amplían las opciones de tratamiento de los pacientes con riesgo de desarrollar arritmias ventriculares malignas y de muerte súbita cardíaca, reduciendo, por tanto, la mortalidad y mejorando su calidad de vida. Se calcula que en España se dan cerca de 30.000 muertes súbitas al año, siendo las arritmias ventriculares, en concreto la fibrilación ventricular, la principal causa de dichos fallecimientos. Actualmente, la Unidad de Arritmias del CHUA realiza alrededor de 400 implantes de marcapasos y unos 100 desfibriladores automáticos implantables al año con el consiguiente seguimiento de esos pacientes tanto de forma presencial como de forma remota. Además, anualmente, los profesionales hacen unas 350 ablaciones de taquiarritmias de las cuales, aproximadamente, el 35 por ciento se corresponde a tratamiento de la fibrilación auricular, una arritmia cada vez con mayor prevalencia.

Crecimiento técnico

El equipo de cardiólogos encargados de esta Unidad trabaja en los últimos tiempos en la incorporación de nuevas técnicas. De hecho, en 2018 los profesionales implantaron, por primera vez, un desfibrilador cardíaco subcutáneo, un dispositivo de alta tecnología que continuamente vigila el ritmo del corazón y que previene la muerte súbita, pues identifica y detecta arritmias graves, consiguiendo recuperar el ritmo normal del corazón. En este crecimiento técnico de la Unidad, los profesionales también han incorporado la colocación de DAIs convencionales, que utilizan el sistema venoso para introducir un electrodo en el corazón. Suelen colocar unos 60 al año. Igualmente, desde 2019, operan arritmias a través de la congelación, una técnica con la que se consigue ahorrar más del doble de tiempo. Más recientemente, han comenzado a poner los primeros marcapasos sin cables; un dispositivo de estimulación diseñado para el tratamiento de ritmos cardíacos lentos, de un tamaño más reducido a los convencionales, que permite disminuir las posibles complicaciones relacionadas con esta terapia. A estas novedades, hay que sumar los habituales implantes de marcapasos o stents. La Unidad atendió el año pasado a 3.000 pacientes.