En una entrevista al Notícies Migdia d’Onda Cero, uno de los responsables del ensayo, el doctor Javier Briones, jefe de la unidad de Hematología Clínica del Hospital de Sant Pau ha explicado que el tratamiento modifica genéticamente los linfocitos para que ataquen el cáncer: “La terapia T-CAR consiste en obtener los linfocitos del propio paciente que son las células que luchan contra los virus y todo aquello que es malo y las modificamos genéticamente para que tengan una especie de antena para reconocer mejor las células tumorales y activarlas para que sean más agresivas con estas células y puedan eliminarlas con mayor eficacia”.
Resultados esperanzadores
De momento, en este ensayo inicial (fase 1) han sido tratados con éxito 10 pacientes que no respondían a los tratamientos habituales. De hecho, en la mitad el cáncer ha desaparecido de forma completa. En la fase 1 se ha demostrado, según Briones, que “el tratamiento es seguro, sin complicaciones graves” y ahora se llevará a cabo un segundo estudio “en un mayor número de pacientes” y que se desarrollará al menos durante dos años, hasta el 2023. “Si todo salen como esperamos, quizás en dos años podemos empezar a utilizarlo de forma generalizada en los pacientes que ya han recibido todos los tratamientos autorizados y a los que no han respondido”, ha apuntado el doctor Javier Briones. Se calcula que este fármaco podría ser beneficioso para un 30% de los pacientes del linfoma de Hogdkin y No Hodgkin-T, un grupo muy joven que tienen muy mal pronóstico.
Aplicación en otros cánceres
Briones también está convencido de que esta terapia se podrá utilizar en otros cánceres hematológicos (linfoma B y leucemia aguda linfoblástica) y también a cánceres sólidos.