Se le detectó el pasado mes de julio en un control policial en la provincia de Cuenca y del que logró zafarse. A partir de ahí, se le identificó y localizó, no sin dificultad porque carecía de actividad laboral y de relaciones con familiares y amigos.
Se ocultaba en una finca abandonada próxima a Villarejo de Salbanés, en Madrid, en la que este individuo adoptaba grandes medidas de seguridad, según un portavoz de la Guardia Civil.
"Descubrieron que podría ocultarse en el interior de una finca rústica abandonada y de difícil acceso. Se pudo constatar que adoptaba grandes medidas de seguridad teniendo en todo momento apagadas las luces en el interior y no abandonando la edificación en ningún momento, recibiendo víveres y la visita de una mujer una vez cada dos semanas", ha dicho.
Esa mujer también ha sido detenida. Ambos cuentan con un amplio historial delictivo.