Ocho jóvenes que resultaron heridos han testificado en una nueva sesión de la vista oral que se celebra estos días en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid. En sus testimonios, los jóvenes han destacado el desamparo, abandono y desesperación que experimentaron no sólo el tiempo que permanecieron atrapados en el túnel sino, sobre todo, una vez lograron salir del pasillo donde se produjo la avalancha mortal.
Ni personal de la organización, ni los vigilantes de seguridad, ni equipos médicos ni tampoco los policías municipales. Todos han dicho que nadie les prestó ningún apoyo o auxilio.
Ese fue el caso de Selma Al-Hamouti, quien tras ser rescatada se puso a buscar a una amiga que también estaba en la avalancha, la cual al verla ya fuera del pasillo "tenía la cara como si fuera un cadáver con la vista ida". "No era consciente de nada, la cogí del brazo y me dije tengo que salir de aquí como sea", ha aseverado.
Pero cuando salían, un hombre la cogió del brazo y la tiró al suelo. "No había orden, estaba sola y tenías que buscarte la vida", ha manifestado.
Un ejemplo de ello fue lo que la sucedió con la Policía Municipal cuando le pidieron ayuda: "Los policías se rieron de nosotras y dijeron 'estas son dos borrachas'".
"No había nadie al que acudir, pedí el móvil a un chico y me dijo: 'Anda exagerada si no estaba pasando nada, si tampoco es para tanto'", ha afirmado María Medina, que ha explicado que "fuera no había nadie que te ayudara, ni en el pasillo ni en los exteriores, cada uno se cubría las espaldas como podía".
Ella pudo salir empujada por "su instinto de supervivencia", pero temió por la vida de su amiga que se quedó allí dentro. "No pensaba que salía de allí porque era muy chiquitita y solo se la veía la carita", ha aseverado.
Otros, como Lucía Ramos, han explicado que los vigilantes de Kontrol 34 no facilitaron la apertura de los vomitorios que estaban cerrados, cuando muchos jóvenes buscaban salir de allí tras haber estado atrapados en el túnel mortal.
"Les dije a los de seguridad que cómo podía estar esa valla en la puerta si estábamos tratando de salir de la pista", ha añadido. "Me parecía increíble que no me dejaran salir con lo que había pasado", ha añadido.
Tampoco Irene Ruiz fue auxiliada sino más bien todo lo contrario. "La gente de seguridad me dijo 'venga rápido, rápido', pero yo le dije 'no me pidas ir rápido que acabo de salir de una avalancha'.
Como ella, todos han querido dejar claro que vieron a más asistentes atendiendo a los heridos que a personal de la organización o vigilantes de seguridad.
"Me moví a gatas y tiré del pelo a mi amiga para tratar de sacarla", ha señalado María Macarena González, quien ha contado como los mismas personas de seguridad que la rescataron, la dejaron "ahí en un cuarto, tirada en el suelo". Mismo guión con los equipos médicos.
Si ayer todos los jóvenes destacaron que no vieron señalizaciones para ir a la enfermería o panfletos con pautas que indicaban como actuar en caso de urgencia médica, tal y como manifestó el médico Simon Viñals en su declaración, hoy los testigos han explicado que en el exterior del pabellón no fueron ayudados por los sanitarios. "Todo fue un caos, estábamos todos solos y heridos", ha dicho una de ellas.