Los masajes más conocidos son el terapéutico (masoterapia) y el deportivo, pero masajes hay tantos como protocolos para darlos. Dice en la Wikipedia que se ha encontrado evidencia arqueológica de la existencia del masaje en muchas civilizaciones antiguas como China, India, Japón, Corea, Egipto, Roma, Grecia y Mesopotamia. Y es que desde el principio de los tiempos, nos ha gustado que nos toquen, sobre todo cuando quien lo hace sabe hacerlo y se acompaña con fragancias y música que te relaja el cuerpo y la mente.
El masaje tiene un montón de beneficios. El más importante y de valor incalculable, es que permite dedicarnos un tiempo a nosotros.
Pero hay otros, ya que aumenta la circulación de la sangre y eso ayuda a eliminar toxinas, a oxigenar el organismo, a fortalecer el sistema inmunológico, a reducir la inflamación, a mejorar la cicatrización de las heridas y sobre todo a aliviar tensiones tanto físicas como psíquicas.
Pero cuidado que no siempre está indicado. Y por eso de que mejora la circulación sanguínea, se desaconsejan los masajes en estados febriles, en traumatismos, en rotura de músculos, en enfermedades infecciosas de la piel o en inflamaciones de los ganglios linfáticos y retenciones circulatorias graves, durante los primeros meses de embarazo, tras intervenciones quirúrgicas o infamaciones agudas, en enfermedades de tipo metabólico como la gota… Tiene bastantes contraindicaciones así que siempre pregunta antes si, en tu caso, está indicado.
Las zonas que generalmente son objeto de masaje terapéutico son el cuello, la espalda y la cintura. Pero también los hay que se dan por todo el cuerpo como los circulatorios para activar el flujo sanguíneo y desintoxicar el organismo, o como el de drenaje linfático para eliminar líquidos y toxinas. Uno se pone a buscar y ve que hay masajes muy originales.
De pies, de cabeza y los hay también solo de cara como el masajeKOBIDO. Un masaje que sigue la ancestral tradicional japonesa que solo dan 8 personas en Europa. Una de ellas es Natacha de Cortabitarte Terapeuta, discípula directa del Dr. Shogo Mochizuki, maestro en Japón.
Consiste en un masaje facial de unos 50 minutos super agradable y relajante donde ayudándose de distintas técnicas se recolocan las facciones y se estimula la regeneración de la piel.
Luego están los corporales donde se activa cada parte de tu cuerpo. De esos hay centenares, la mayoría de ellos inspirados en distintas culturas asiáticas. Pero también los hay diferentes como los de Lush, la firma de cosmética fresca, que se realizan en un ambiente British total. Y es que el spa, único en Madrid, recrea una casita de la campiña inglesa, donde se estimulan todos los sentidos con tratamientos maravillosos como el Hard Days Night, un masaje de estiramientos que se acompaña de versiones de las canciones de los Beatles con toques de shiatsu y pinceladas circenses y psicodélicas. 75 minutos donde las manos te tocan pero por encima de un pijama calentito. Digno de probar porque te deja como nuevo.
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Mil besos
