Según los dermatólogos el protocolo básico para mantener la piel sana es limpieza, hidratación y protección solar. A partir de ahí; sérums, nutrición, exfoliantes…depende de cada uno, de las necesidades de cada piel y de cada bolsillo.
Es necesario hidratar la piel todos los días. y tú dirás... ¿Por qué si antes la gente no se echaba crema?- Porque las condiciones ambientales no son las mismas y porque se supone que queremos llegar a viejos con buena cara.
Las cremas están reguladas porque hay combinaciones de sustancias pueden ser perjudiciales. NO todas las cremas son iguales. NO todos los principios activos que encontramos en una loción son de la misma calidad ni están en la cantidad suficiente para que sean efectivos. Entre otras cosas porque nadie da duros a cuatro pesetas y si una crema es muy barata, difícilmente contendrá una concentración que encarezca el producto.
Y lo más importante, una crema buena se encarece porque para convertirse en una fórmula han pasado muchos años de investigaciones y ensayos. El protocolo como me ha contado Consuelo Mohedano, directora de formación y portavoz técnico de Shiseido, es muy largo incluso de hasta 12 años. Hay que buscar las materias primas entre miles de principios activos, hay que ver cómo reaccionan en una loción y en la piel, con ensayos y testeos de todo tipo y años después cuando se ve que es efectiva y segura, se comercializa.
Este protocolo por rentabilidad no se suele hacer con las cremas baratas. Pero no es la única diferencia que vas a encontrar. Y lo digo por los que afirman que son iguales que las de algunos supermercados. Hay diferencias en la calidad de los principios activos, en la concentración y en la estabilización de esas sustancias. ¿De qué te sirve que tenga, por ejemplo, vitamina C si la concentración es tan baja que tu piel no la va a percibir o si está tan mal estabilizada que en cuanto abres el bote pierde sus propiedades?
Y luego está la penetración de los ingredientes que depende de la nanotecnología que aplique el laboratorio para encapsularlos en moléculas con bajo peso molecular para que de verdad penetren y no se queden solo en la superficie como hacen muchas. Por eso te ves la piel bien. Pero espera un tiempo y verás como ya no te funcionan porque no hay regeneración interna como muchas cremas de calidad que se comportan casi como un medicamento.
Se dice que cuando eres fiel a una crema tu piel se acostumbra y hay que cambiar. Leyenda urbana. Si un producto funciona no tienes porqué dejar de usarlo. Pero ten en cuenta que tu piel cambia y puede tener otras necesidades por cambio de clima, de hábitos o por estados hormonales.
Otra cosa, las cremas caducan. Los fabricantes están obligados a incluir la fecha de caducidad del producto, que en cosmética comienza a contar a partir de la fecha de apertura del envase, pero también cuando el producto no se ha abierto. Las consecuencias de utilizar una crema caducada puede ser dos: una que deja de ser efectiva y segunda que podemos tener reacciones alérgicas.
Hay cremas para pieles secas, mixtas o grasas para problemas de manchas, arrugas, poros… preventivas y antienvejecimiento… y hay también para pieles sensibles. Estas últimas están siendo de objeto de mucha investigación de las grandes firmas cosméticas porque cada vez somos más las que tenemos capilares a flor de piel. Sisheido acaba de completar la línea Bio-performance Glow Revival que esconde una tecnología patentada e inspirada en la medicina regenerativa que repara los capilares causantes de manchas, rojeces, poros, arrugas, falta de luminosidad y flacidez.
Lo que marca la diferencia entre una gran crema y otra mediocre es la cantidad y calidad de los principios activos y el tamaño de las moléculas que contiene. Una mala no te va a dañar. Hidratar te va a hidratar, pero no le pidas mucho más porque las cuentas no salen.
Y otra cosa, aunque la piel del hombre sea más gruesa no la exime de los cuidados básicos.
Mil besos
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