Segundos antes de las tres de la tarde, una fuerte deflagración sacudió los muros y la tranquilidad de la residencia La Paloma-Los Nogales. El centro se encuentra, pared con pared, con el edificio parroquial de la Iglesia de La Paloma y San Pedro el Real, que ha explotado este miécoles como consecuencia, según las primeras informaciones, de un escape de gas.
Un auténtico milagro ha permitido que ninguno de los mayores residentes en el centro haya resultado herido, pero el miedo y la desorientación se ha apoderador de todos ellos y tabién de los trabajadores.
En un primer momento, los residentes fueron trasladados al hotel Ganivet, que se encuentra enfrente de la residencia y del edificio destuido. Sus responsables habilitaron de urgencia el lobby para acoger a las decenas de personas mayores prodedentes de Los Nogales.
Isabel Fernández, una persona vinculada a la empresa propietaria del hotel, publicó en su cuenta de twitter un foto de los residentes a salvo en el hote, trranquilizando a los familiares y amigos de los mismos": "Como miembro de la empresa Hoteles Porecel, a la que pertenece el hotel Ganivet en la calle Toledo, quiero trasnmitir una imagen de tranquilidad, se ha acogido a los residentes en el hall del hotel". Además ha puesto a disposición de los allegado un número de teléfono de información.
Trasladados a otras residencias
Fuentes de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid, ha asegurado posteriormente, que los ancianos estaban siendo trasladados por efectivos del Samur Social a otras residencias.
Según ha confirmado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, en la residencia había una planta covid, "que ha sido desalojada con toda normalidad siguiendo todos los protocolos sanitarios y de seguridad".
Por otro lado, también parece un milagro que ningún alumno o personal docente del Colegio La Salle La Paloma, cuyo patio es contiguo al edificio que ha explotado, haya sufrido daño alguno.
La hora de la comida por un lado y el hielo acumulado en el exterior tras la borrasca Filomena provocaron que ningún alumno se encotrara en el momento de la deflagración en el patio del centro, repleto habitualemente de niños a esa hora.
