La decisión de la Comunidad Autónoma gallega de prohibir a partir de 2024 la venta y consumo de bebidas energéticas entre los menores de edad ha motivado que otras siete comunidades hayan movido ficha y decidido empezar a valorar esta iniciativa. Entre ellas la Comunidad Valenciana que ya ha anunciado desde la Oficina Autonómica de Salud Mental y Adicciones que ya está llevando a cabo un "estudio sensato, reflexivo y sereno" sobre esta problemática "con el ánimo de hacer un abordaje que pueda resolverlo".
Pueden provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares y no recomienda su consumo a los adolescentes
Además, el gobierno de la Generalitat Valenciana solicitará al Ministerio de Sanidad abordar en un Consejo Interterritorial el problema de adicción a las bebidas energéticas, ya que la propia Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición ha manifestado sus riesgos. Aseguran que de media una lata de una bebida energética de 330 ml aporta 105,6 miligramos de cafeína por lata, lo que equivale a 1,3 cafés expreso y que "a partir de 160 miligramos de cafeína, puede provocar efectos adversos generales para la salud: efectos psicológicos y alteraciones comportamentales y trastornos cardiovasculares" y añaden que, por tanto, no recomienda su consumo a los adolescentes.
También expertos en nutrición, como el doctor y profesor de la Universidad de Alicante, Asier Martínez, ponen el foco en el alto contenido en azúcares. Asegura que "con solo una bebida has cubierto las necesidades de este macronutriente para un día completo".
Riesgos de las bebidas energéticas y estimulantes
Martínez también enumera los riesgos que pueden tener el consumo de estas bebidas en los adolescentes, que están en pleno "desarrollo físico" y que van desde el sobrepeso, pasando por la diabetes tipo II, los problemas de insomnio, la sobreestimulación, los problemas cardíacos y la adicción. En la Comunitat esta adicción a las bebidas energéticas y estimulantes afecta ya al 45% de los jóvenes.