De esta manera el gobierno local pretende ayudar a los productores de la huerta periurbana de València a vender más fácilmente el fruto de su trabajo. También se persigue fomentar una alimentación más sostenible, en que la huerta se convierta en la principal "despensa" de la ciudad.
La comisiónde Hacienda también ha dado cuenta oficialmente de la salida anticipada del plan de ajuste al que estaba sometido el Ayuntamiento de València desde 2012, lo que permitirá al consistorio sacudirse de encima el control del ministerio de Hacienda sobre sus cuentas. La salida ha sido posible después de que el consistorio haya pagado los últimos 30 millones de euros del crédito ICO que tuvo que pedir hace siete años el gobierno local de Rita Barberá para poder pagar a sus proveedores. A lo largo de los últimos tres ejercicios el ayuntamiento ha ido amortizando esa deuda hasta dejarla ya a cero.