El Gobierno valenciano ha aprobado este martes el anteproyecto de ley que permitirá bonificar al 99% el impuesto de Sucesiones y Donaciones.
La medida, que supondrá dejar de ingresar 400 millones de euros, tendrá efectos a partir del 28 de mayo, por lo que los fallecimientos registrados después de esta fecha son los que se verán afectados por esta modificación en la ley.
"Es el impuesto de la muerte", ha señalado Ruth Merino, consellera de Hacienda y portavoz del Consell, durante la rueda de prensa tras el Pleno del Consell, celebrado este martes en Castellón.
"Se trata de una cuestión que fiscalmente nos parecía totalmente inasumible y moralmente está fuera de lugar", ha apuntado, al tiempo que ha insistido en que este "fue el primer acuerdo que se adoptó" por parte el Consell tras tomar posesión.
Merino ha destacado que el dinero "se va a quedar en los bolsillos de los ciudadanos" y ha puntualizado que en la Comunitat Valenciana eran unas 5.000 las personas las que cada año "tenían que renunciar a sus herencias por no poderse hacer cargo de ese impuesto".